El Tribunal Supremo italiano ha decretado que los inmigrantes y solicitantes de asilo no podrán ser denominados como “clandestinos”. Un término frecuentemente utilizado por formaciones ultraderechistas como la Liga de Matteo Salvini, viceprimer ministro y ministro de Transportes e Infraestructuras.

De hecho, dicha sentencia sirve para zanjar un largo contencioso entre dicha formación, actualmente en el Gobierno, y la Asociación de Estudios Jurídicos sobre Inmigración (Asgi) y la Asociación Naga, que brinda asistencia legal a los inmigrantes llegados a Italia.

Una batalla legal que tiene su origen en una campaña de la Liga en 2016 en la localidad de Saronno (norte de Italia), en la que se denunciaba una “invasión” y se proclamaba que el municipio “no quiere clandestinos”, en alusión al reparto de inmigrantes por el país.

Las dos asociaciones habían llevado a los tribunales al partido ultraderechista por usar ese término al considerar que su empleo constituye “una molestia discriminatoria”.

El juicio en primera instancia y en apelación terminó con la condena del partido ultraderechista, obligado a indemnizar a ambas asociaciones, y ahora ha llegado a término con el veredicto del Supremo.

Según la alta corte, quien llega a Italia para solicitar asilo “no puede ser llamado clandestino, ni siquiera en un manifiesto político” y ha rechazado el recurso del partido de Salvini, que invocaba “el derecho a la libre expresión”.

“La sentencia, aunque se refiera a un asunto de hace años, también dice mucho de la política actual, en particular sobre la inaceptable costumbre de usar el término ‘clandestino’ con quienes llegan a nuestro territorio”, ha denunciado el abogado de Asgi, Livio Neri, que ha agregado que se trata de “personas con una dignidad que debe ser respetada, no de clandestinos”.