El hombre que alquiló el mismo piso a 20 familias ya había estafado en Miami
Juan Toribio traspasó una tintorería que no era suya por 31.000 euros y engañó a dos inversores
El País, 08-08-2006ampliar
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Juan Toribio, el dominicano que alquiló a más de 20 familias de inmigrantes el mismo piso en Madrid, ya había cometido otras estafas en Miami. Fue encargado de un restaurante en aquella ciudad y estafó 70.000 dólares (54.000 euros) a dos grupos de inversores, a quienes convenció para ampliar el local, según contaban ayer los empleados del restaurante. Con el dinero de un grupo hizo las obras y dilapidó el del otro. También vendió a un ahorrador una tintorería que no era suya por 40.000 dólares (31.000 euros). En Madrid, cinco de las familias estafadas continuaban ayer atrincheradas en el piso.
No es Corrupción en Miami, porque Juan Toribio, autor de una estafa que ha dejado en la calle a más de 20 familias de inmigrantes en Madrid, se dedicaba en Miami al timo de medio pelo. Pero el rastro que dejó en esa ciudad, según cuentan quienes le conocieron, podría dar título a un capítulo de culebrón.
Hasta mayo de 2004 Toribio trabajaba gestionando el restaurante dominicano El Conuco, en el barrio Doral, junto al aeropuerto de Miami para otro empresario. Entre sus empleados Nino, como se le conocía allí, dejó buena impresión. “A nosotros nos trataba muy bien. Es el mejor jefe que he tenido en mi vida” aseguraba ayer una cocinera que sigue trabajando. No sólo pagaba a tiempo. “Al final del día te preguntaba qué tal estabas y si te tenía que dar 50 dólares acababa dándote cien. Tenía muy buen corazón”, explicaba Juan, un nombre falso bajo el que prefiere esconderse otro camarero.
Lo que él y sus compañeros no sabían es que ese dinero extra que repartía generosamente no era suyo: pertenecía a unos empresarios que habían decidido invertir “unos 70.000 dólares en el local”, según cuentan en El Conuco. “Parece que convenció a dos grupos de inversores para ampliar el negocio, que antes estaba dos puertas más abajo. Nino consiguió que los dueños invirtieran en éste, que es más grande, y al mismo tiempo convenció a otros inversores para hacer lo mismo. Mientras los dueños reales invertían en el restaurante, los otros venían de vez en cuando a ver las obras y creían que era su dinero el que estaba arreglando el local”, dice Juan con desasosiego, quien como el resto de los trabajadores, se enteró de aquella estafa cuando dejó de ir por allí. “Los verdaderos dueños lo despidieron una semana después de que se abriera el nuevo Conuco”.
Pero sus tejemanejes no se acaban ahí. Junto al restaurante hay una tintorería The Silver Hunger que hace tres años gestionaba su mujer, Ingrid, según los camareros. “Cuando desapareció le trapasó la tintorería a un pobre chaval que llevaba toda su vida ahorrando por 40.000 dólares”, cuenta Juan. Pero Toribio no era el propietario y el joven tuvo que devólverselo a sus verdaderos dueños.
En la policía de Miami aseguran que no hay ninguna orden de arresto contra él. “Es posible que se investigara el caso pero sin orden de arresto no aparece en los archivos” declaró una portavoz.
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