El altiplano andino llegó a Urgull
Diario de noticias de Gipuzkoa, 07-08-2006El altiplano andino llegó a Urgull
Jóvenes bolivianos ataviados con los trajes típicos de su tierra bailan al son de la música.
S I ayer en Sucre (Bolivia) se celebraba la inauguración de la Asamblea Constituyente recordando el 181 aniversario de la existencia de la república, los bolivianos que residen en Gipuzkoa no quisieron ser menos y también celebraron a su manera una jornada temática dedicada a su patria.
Eran las 12.00 horas y en la Casa del Guarda del Monte Urgull sonaba música del altiplano, se podían ver trajes folclóricos de indígenas y se rendía homenaje a los 181 años de vida republicana en ese país.
El día contaba con un programa muy apetitoso. A las 12.30 Milenka Mejía – boliviana que lleva dos años viviendo en Gipuzkoa – tomó la palabra para dar unos datos básicos sobre la historia de su país. A las 14.00 horas, se celebró una animada comida boliviana. Dos horas más tarde, se organizó una sobremesa cultural, donde no faltaron un recital de poesía y danzas al ritmo de bailes típicos del país. Acto seguido, hubo una mesa redonda sobre la evolución social y política de los pueblos andinos y el efecto que está teniendo sobre ellos la inmigración. Como colofón a la fiesta, se escuchó música de las tribus indígenas.
multiculturalismo Esta jornada estaba enmarcada dentro de los encuentros interculturales que organiza la asociación socio – cultural Banda Bat junto a la Asociación de Latinoamericanos de Euskadi (ASOLEUS), con el fin de compartir espacios de encuentro entre la pluralidad de culturas que conviven en el territorio. Además, contaron con la colaboración de Biltzen y la Fundación Haurralde.
“Antes fue Argentina o los países de habla rusa, ahora le toca el turno al país andino. En la asociación tratamos de convocar encuentros multiculturales para fomentar la convivencia entre los inmigrantes y la gente de aquí”, comentó Rafael Azaola, miembro de Banda Bat.
A pocos metro de Rafael, se encontraba Milenka Mejía, una boliviana que se mostraba satisfecha con el encuentro: “Es la primera vez que estamos tratando de enseñar nuestra cultura al pueblo vasco para que nos conozca y nos acepte socialmente”, explicó Mejía, una mujer que dice sentirse integrada en la vida guipuzcoana.
“Queremos mostrar a los vascos la belleza de Bolivia y sus cultura ancestral. Pero no queremos olvidar que, siendo un país inmensamente rico, Bolivia vive en la miseria”. “Somos una república libre, aunque de alguna forma siempre hemos sido esclavos”, recuerda Mejía, una persona que rompió el tópico y no decidió venir detrás del “sueño español”, sino que optó por venir “detrás del sueño de un español”, comentó entre risas.
solidaridad Para ella, la labor que se realiza desde ASOLEUS es importantísima para paliar las necesidades que muchos colectivos de inmigrantes padecen. Esta asociación para latinoamericanos empezó humildemente en casa de Ana María, una mujer argentina que lleva viviendo en Gipuzkoa 29 años.
“Empezamos en mi casita de aquí y ahora ya contamos con sedes en Donostia, Bilbao y Vitoria”, describía con ilusión Ana María. Esta mujer tuvo que lidiar con los avatares de la vida en Astigarraga, pero desde el principio, estaba “encantada”. Dice que la gente del pueblo “es muy noble” y que “ha conseguido gracias a Dios una estabilidad económica para ahora poder ayudar a los inmigrantes que llegan con un enorme afán de superación”. Un colectivo al que, según comenta, “merece la pena echar una mano, ya que a fin de cuentas aporta aquí su granito de arena y también son contribuyentes”.
En la jornada no faltaron conversaciones sobre política, en las que los asistentes remarcaron la mejoría que el país ha tenido con la llegada de Evo Morales, alguien que “ha mejorado la sanidad y la alfabetización en el país”. Todo esto, mientras se oía de fondo una canción que describía el lamento que se vive en el árido altiplano boliviano.
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