Ceuta – Como más de uno advirtió hace meses, tras la avalancha en la que
consiguieron entrar en Ceuta de una sola tacada 216 inmigrantes la noche
del 29 de septiembre del año pasado, la presión migratoria se comporta
también como una suerte de marea. A una época de alivio sucede otra de
mayor presión y así sucesivamente, con un ritmo que fundamentalmente
depende del tiempo que tardan los «sin papeles» en encontrarle el punto
débil a las fronteras españolas. A la de Ceuta parecen habérselo
localizado ya.
   Según fuentes de la Delegación del Gobierno, en la
ciudad autónoma el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) local
volvió a mediados del pasado mes de julio a superar su capacidad máxima de
acogida, cifrada tras su última ampliación del año pasado en un total de
512 plazas.
   «Más camas». Así, a fecha de hoy duermen en el centro un
total de 531 inmigrantes indocumentados a la espera de que el Gobierno dé
una solución a su situación administrativa irregular en España, con plena
libertad de movimientos durante el día para circular por Ceuta y la única
obligación de estar dentro de las instalaciones a las 23.00 horas para
acostarse y otras normas relativas al horario similares.
   Desde las
administraciones, sin embargo, se quiere restar importancia a la situación
actual. «No es un exceso preocupante ni existe ningún tipo de alarma», han
justificado portavoces de la Delegación, quienes han explicado que el mes
pasado se colocaron «varias camas más» ante el repunte de las entradas por
la vía marítima de inmigrantes de origen asiático, fundamentalmente
hindúes y pakistaníes, cuyo colectivo ya supera con mucho al de los
subsaharianos, moradores tradicionales de este centro.
   Actualmente
son ya 214 los «sin papeles» procedentes de la India y casi 160 los
oriundos de Pakistán que duermen en el CETI, el 70% del total de acogidos.
Sólo durante el pasado mes de julio entraron en la ciudad entre 70 y 80
asiáticos por la vía marítima, según ha reconocido esta semana el propio
delegado del Gobierno en Ceuta, Jenaro García – Arreciado, quien aseguró que
existen «dispositivos especiales» de la Benemérita para atajar los «pases»
a través de la costa antes de asumir que la tarea de impermeabilizar el
mar es «muy complicada».
   Melilla, al revés. Curiosamente,
mientras esto sucede en Ceuta, en la ciudad de Melilla las entradas
protagonizadas por inmigrantes «sin papeles» procedentes de India o de
Bangladesh han caído espectacularmente en lo que va de año. De esta forma,
y según los datos oficiales, durante el pasado mes de enero entraron nada
menos que setenta inmigrantes asiáticos en la ciudad española, pero
durante el pasado mes de
   junio sólo lo consiguieron tres.