PABLO MINGOTE ENVIADO ESPECIAL

RABAT. La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, reconoció ayer la dificultad que entraña hacer frente a la ola de cayucos que llega a las costas españolas diariamente. De la Vega no dudó en declarar que se enfrentan «a un tema muy complejo» puesto que se trata de personas «que viven un drama humano, que buscan un mundo mejor, para lo que se juegan la vida».

Tras la información publicada por ABC sobre la reducción de las ayudas que la Unión Europea va a dar a España para hacer frente a la llegada de cayucos – oficialmente sólo están confirmados dos barcos y un avión – , la vicepresidenta dijo que están todas las autorizaciones concedidas y que está previsto que entre en vigor la semana próxima, una serie de actuaciones con las que se espera «una mayor seguridad en nuestra frontera exterior y un control más eficaz de la inmigración». De la Vega también aseguró que estamos en un momento diferente a los anteriores, ya que hay «por primera vez una implicación de la Unión Europea».

Además, la vicepresidenta afirmó que el Gobierno «ha abordado el fenómeno de la inmigración desde el compromiso, el rigor y la responsabilidad», y manifestó que los trabajos del Ejecutivo español seguirán esa línea.

A las críticas del Partido Popular de los últimos días sobre que el fenómeno de la inmigración está desbordando al Gobierno de Zapatero, De la Vega contestó que «las políticas que aplicamos no se ven de la noche a la mañana, sino que son de resultados de medio plazo».

Por su parte, la secretaria de Política Autonómica del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, afirmó en declaraciones a Ep que De la Vega ha pasado «de negar al problema a retrasar la solución» y ha reconocido «explícitamente» que el Gobierno es «incapaz» de hacer frente al problema en un corto plazo. «La tragedia humana que que se vive día a día en las costas canarias se impone al Gobierno para que tome soluciones desde ya, y no a medio ni largo plazo», dijo Santamaría.

Rabat, última parada

Paraguay fue el último destino de la gira iberoamericana que la vicepresidenta del Gobierno realizó desde el pasado sábado 20 de julio. Un viaje que ha estado marcado por las relaciones económicas y políticas, así como por el fenómeno de la inmigración, por lo que Fernández de la Vega se encuentra hoy en Rabat, donde se entrevistará con el primer ministro de Marruecos, Driss Jettu.

Marruecos es el país desde donde más inmigrantes llegan cada año a nuestro país. En referencia a los acuerdos bilaterales que existen entre ambos, De la Vega consideró que «funcionan muy bien» y destacó que también existen acuerdos para el control de los flujos migratorios con los países subsaharianos.

Está previsto que a la entrevista también acuda el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, después de asistir al festival cultural Assilah, localidad situada a 200 kilómetros al norte de Rabat. Los dos mandatarios españoles, De la Vega y Moratinos, tratarán de reactivar el Acuerdo de Control de Flujos Migratorios de 1992 y la negociación de un nuevo Convenio de Cooperación hispano marroquí para luchar contra el fenómeno de la inmigración ilegal.
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