Colonias de verano

«Se merecen tener las mismas oportunidades que otros niños»

La asociación irundarra Adiskidetuak finaliza con satisfacción su mes de talleres para niños inmigrantes o con bajos recursos

Diario Vasco, Claudia Turiel, 01-08-2023

omo todos los días durante el mes de julio que hoy acaba, Haizea Muñoa, lezoarra de 21 años, y Unai Seises, hondarribiarra de 22, recogen a su grupo de diecisiete niños en Palmera Montero Gunea, las oficinas de Adiskidetuak, asociación de Irun que brinda apoyo y asesoría jurídica a extranjeros que llegan a la comarca del Bidasoa.

Entre los servicios y actividades que ofrecen, en verano también organizan unas colonias o talles a lo largo del mes dirigidas a «niños de familias recién llegadas que no pueden acceder a otro tipo de colonias o campamentos», explica Karla Zavala, presidenta de la organización.

«Realizamos todo tipo de actividades con ellos. Hay días, como en el de hoy, que vamos al parque y jugamos con ellos allí. Otros, si tenemos suerte con el tiempo, pasamos la mañana en el río o en la piscina», cuenta Seises con una sonrisa mientras los pequeños juegan de fondo.

«Son niños colombianos, argentinos, marroquíes, senegaleses… hay mucha conexión entre ellos»
«Se trata de niños, de entre 7 y 12 años, que vienen de familias extranjeras o con bajos recursos, que no pueden costearse campamentos para sus hijos» apunta Haizea Muñoa. «Yo llevo años trabajando en verano como monitora de colonias, y cuando escuché la opción de hacerlo con Adiskidetuak, no pensé dos veces en hacer la entrevista, me parece una iniciativa muy importante», manifiesta la joven. «Este año la mayoría de apuntados son de países latinoamericanos. Hay niños colombianos, argentinos, nicaragüenses… Aunque también hay marroquíes y senegaleses», precisa la monitora.

Unai, estudiante de Integración Social, siente que esta oportunidad le iba como «anillo al dedo», y expresa que disfruta «brindándoles la oportunidad de divertirse este verano». «Se lo merecen igual que cualquier otro niño», añade el hondarribiarra, que además denuncia ciertos testimonios que ha podido escuchar a lo largo de este mes. «Alguno se queja de haber recibido comentarios ofensivos en el colegio, o de que a veces le tratan diferente por ser de otra etnia». Seises, aliviado, afirma que esto «no es habitual» y, por suerte, «sus experiencias en el colegio son positivas».

Haizea Muñoa y Unai Seises, monitores de Adisketuak, posan felices tras pasar la mañana en el parque.
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Haizea Muñoa y Unai Seises, monitores de Adisketuak, posan felices tras pasar la mañana en el parque. Juantxo Lusa
Durante este mes, los monitores también tratan de, sin exigencias ni obligaciones, fortalecer el euskera de estos pequeños. En la mayoría de los casos, practican este idioma en la escuela, pero fuera de ella, la intención es que «no pierdan el nivel adquirido hasta ahora». A pesar de ello, la prioridad del curso es que los niños consigan desconectar de la presión del colegio. Para ello, estas jornadas llenas de actividades permiten a los pequeños «divertirse libremente y formar amistades nuevas», cuenta Muñoa, a la vez que hace pulseras de gomas junto a dos de las niñas. «Hay gran conexión entre ellos, y es muy bonito formar parte de esto», confiesan Haizea y Unai.

Otros proyectos de ayuda
Con más de 20 años de actividad, Adiskidetuak empezó organizando pequeños eventos para «aquellos inmigrantes que buscaban integrarse en la comarca, es decir, para aquellos que venían para quedarse», aclara Zavala, presidenta de la organización. Además de las colonias de cada verano, la asociación también ofrece otro tipo de ayudas a personas de diversos colectivos.

«Asistimos a jóvenes extranjeros en el proceso de inserción laboral, al igual que a personas en edad de jubilación al llegar aquí, con talleres informativos», explica. «Uno de los más populares es el de la cocina vasca, ya que disfrutan mucho aprendiendo a cocinar los platos típicos de aquí y les hace sentirse más unidos a la cultura», informa. Todos estos servicios son gratuitos y van dirigidos a «personas en situación de vulnerabilidad y exclusión social», cuenta Zavala.

«Siempre nos cuestionamos si es necesario innovar. Si necesitamos crear nuevos proyectos y nuevas ideas constantemente», comienza la presidenta, «lo que creemos desde Adiskidetuak es que tenemos que ser capaces de reaccionar a emergencias y a imprevistos. Nadie se esperaba que estallara la guerra en Ucrania, ni el salto de la valla de Ceuta en 2018. Además, estamos en la frontera de España con Francia: tenemos que ser capaces de adaptarnos a nuevas necesidades», expresa, «y por ello, esperamos poder seguir ayudando a quien llegue a la comarca del Bidasoa para quedarse, y se encuentre en situación de vulnerabilidad».

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