El CES advierte de la pérdida de pulso de la industria vasca como motor económico y del empleo

El organismo presenta la Memoria Socioeconómica de la CAV de 2022, que señala también el reto demográfico como «urgente y de primera magnitud»

Diario Vasco, Julio Díaz de Alda San Sebastián, 27-07-2023

Euskadi, que ha superado con fortaleza los últimos años, marcados a fuego por la pandemia, la guerra en Ucrania y la espiral inflacionista y sus derivadas, afronta en el futuro inmediato no pocos retos, algunos de enorme importancia, como puedan ser la desaceleración de la industria, tradicional motor económico y de empleo de la comunidad autónoma, o el declive de la pirámide poblacional, que se presenta como un desafío «urgente y de primera magnitud».

LAS CLAVES
6,03 empleos es el tamaño medio de las empresas en Euskadi, por encima de los 4,8 de la UE.

1,6% creció de media el empleo en la industria en 2022 frente al alza del 5,4% de un año antes.

Ese es el escenario que este miércoles dibujó el Consejo Económico y Social Vasco (CES) en su Memoria Socioeconómica 2022, que fue presentada por la presidenta del órgano consultivo, Emilia Málaga, y por Jon Barrutia, responsable del estudio.

En esa línea de subrayar las fortalezas detectadas sin caer en la complacencia, el CES insistió en que «sigue siendo necesario prestar atención a la persistente incidencia del desempleo de larga duración, al paro de determinados colectivos que muestran mayores dificultades de inserción y a la temporalidad en el empleo público». Por ello, añadieron Málaga y Barrutia, es necesario «reforzar las partidas públicas destinadas al empleo y aprovechar los fondos europeos de recuperación».

Economía vasca

Caen la industria y su aportación al PIB
Tras constatar la resistencia de la economía vasca, que el año pasado creció un 4,4% (un 4,2% en Gipuzkoa), por debajo de España (5,5%) pero por encima de la Eurozona (3,5%), y con un magnífico comportamiento del empleo, que repuntó un 3,1%, el CES encendió ayer la luz roja, y señaló directamente a la industria, el tradicional motor vasco.

Así, explicó que si bien todos los sectores crecieron, la industria, tan importante en Gipuzkoa, se fue «desacelerando trimestre a trimestre», tanto en número de empresas, como en empleo o en su Valor Añadido Bruto (VAB), que no deja de ser la aportación a la riqueza del país.

En este sentido, el documento llama la atención sobre el hecho de que el sector industrial, «siendo una pieza imprescindible del sistema productivo vasco», ha registrado una tasa de ocupación negativa del 2,8 % sobre 2021.

Ante eso, el CES expresó su «preocupación» y apeló a «la importancia de mantener y mejor la fortaleza competitiva de nuestro tejido productivo». «El crecimiento de la afiliación en la industria ha sido inferior al general, con lo que habrá que permanecer atentos», añadió.

Del mismo modo, y ante la reducción del número de empresas en la comunidad autónoma, con 1.466 menos, el organismo sugirió –en línea con lo expresado recientemente por Confebask– la necesidad de «incentivar las vocaciones empresariales y emprendedoras».

El informe subraya las «persistentes» bajas tasas de actividad», un problema «recurrente» causado por multitud de factores. Y es que esa ratio es del 56,4% en Euskadi mientras que la media UE está en el 73,1%. Málaga y Barrutia aseguraron que «hay salarios que desaniman y hay productividades que están por debajo de los salarios».

Empleo

Más puestos de trabajo pero bajo la presión de la inflación
En el capítulo del empleo, en el que la evolución en 2022 fue, dice la Memoria Socieconómica, «en general positiva», tanto como que se recuperaron los niveles precovid, el organismo consultivo da una de cal y otra de arena al señalar que «se ha registrado un importante descenso de la parcialidad y la temporalidad (gracias a la Reforma Laboral), aunque la pérdida de poder adquisitivo de los salarios (por mor de una inflación más alta que la subida media de los sueldos) ensombrezca este escenario».

Llegados a este punto, Málaga y Barrutia insistieron en su preocupación por las «bajas tasas de actividad a pesar de la recuperación del empleo».

Una lacra que afecta en mayor medida a las mujeres y a las personas de mayor edad, «que son precisamente las más afectadas por el desempleo». «Esta situación debería corregirse, teniendo en cuenta además el escenario demográfico al que nos dirigimos», apunta el trabajo del CES.

«Insistimos en que, dados los bajos niveles de actividad que presentan los colectivos con menor formación, las políticas activas de empleo sigan realizando esfuerzos en formar a estas personas», añade.

«Un mayor gasto en políticas activas bien orientadas contribuye a un menor gasto en políticas pasivas de empleo», recuerda el documento.

Demografía a la baja

La población vasca cae y la inmigración no lo compensa
Málaga y Barrutia se refirieron con especial gravedad a la «profunda crisis demográfica» que atraviesa el País Vasco, dada la baja natalidad y el progresivo envejecimiento de la población.

Y es que en el año 2022, revela el informe del CES, Euskadi «ha registrado un crecimiento natural negativo sin precedentes que los saldos migratorios positivos no han sido capaces de compensar».

Por ello, el Consejo Económico y Social apela a la «necesidad de profundizar y acelerar la Estrategia 2030, situando el reto demográfico en la centralidad de la agenda política-institucional, así como sensibilizar a la sociedad». Hablamos, apunta el documento, de «un reto urgente y de primera magnitud».

Para subrayar la gravedad del mensaje, Emilia Málaga apunta lo siguiente en las primeras páginas del documento: «Utilizo el término crisis pensando en su primera acepción de la RAE, ‘cambio profundo y de consecuencias importantes’. De este cambio deriva la necesidad de situar el reto demográfico en la centralidad de la agenda político-institucional».

Calidad de vida y protección social

Ligeras señales de deterioro que conviene vigilar
En lo referido a las condiciones de vida, y pese a que Euskadi se sitúa en una posición favorable en comparación con los principales países europeos, el ente consultivo advirtió de que los indicadores Arope y la Encuesta de Condiciones de Vida del INE revelan un aumento de la población en riesgo de pobreza y exclusión, y un empeoramiento en términos de renta.

Partiendo de la premisa de que este deterioro pudiera estar relacionado con la evolución de los precios, el Consejo sugirió realizar un seguimiento pormenorizado de todas estas variables.

El órgano reveló que en 2022 cayó un 6,3% el número de perceptores de las prestaciones del sistema de garantía de ingresos y para la inclusión social, especialmente en la RGI como complemento de renta salarial. El Consejo destacó que «del total de fondos destinados en el Estado a prestaciones de garantía de ingresos, el 24,9% corresponde a la CAPV», lo que denota la intensidad de la protección social vasca.

El «reto permanente»del acceso a la vivienda en el País Vasco
Sobre el mercado de la vivienda en Euskadi, el CES destacó ayer en su Memoria Socioeconómica que este continúa siendo «un reto permanente para la sociedad vasca». En este sentido, el CES valoró positivamente el nuevo Plan Director 2021-2024, que apuesta por el alquiler asequible y la movilización de la vivienda deshabitada, y estima necesario atender a los colectivos con dificultades de acceso y facilitar la emancipación de la juventud. «Nos preocupan las implicaciones que en un tema tan relevante puedan tener el alza de la inflación y de los tipos de interés en el acceso a las hipotecas», dice el informe.

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