Alfredo David Lorenz, de 26 años, es paraguayo. No tiene papeles. Está asustado por las consecuencias que la supuesta estafa que ha sufrido pueda acarrearle en su estancia en España. “Me da miedo que este problema, además, pueda hacer que me expulsen del país”. Aun así, y a diferencia de otros afectados también en situación irregular, ha puesto una denuncia en la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía en San Blas. “Me han tratado bien”, decía ayer de los agentes que lo han atendido.

Lleva dos años en España y es obrero de la construcción. Pensaba mudarse al piso con su esposa y su cuñada. “Una vez instalados queríamos traer a mi hija, que todavía está en Paraguay”, explica. Su mujer trabaja de asistenta en una casa. Han perdido 1.560 euros, los que entregaron por adelantado para asegurarse el piso de la calle de Estocolmo.

“Encontré el anuncio en Segunda Mano. Pensé que de verdad querían echarle una mano a los inmigrantes”, relata Alfredo David lamentando su ingenuidad. “Cuando le pagué el dinero a Toribio, me felicitó y me deseó toda la suerte del mundo”. Tras apalabrar la casa de la calle de Estocolmo le dijo a su antiguo casero que se marchaba; fue pocos días antes de saber que había sido estafado. Así que el fin de semana se encontró sin casa. Pero a última hora del domingo consiguió prolongar unos días más el contrato de su anterior vivienda, así que ayer ya no durmió en San Blas. Durante las casi 48 horas que pasó en el piso no perdió el sentido del humor ni la paciencia. Bromeó con todos y jugó con los más pequeños de la casa. Fue de los que durmieron en el suelo.