E.C.

LAS PALMAS. La historia se repite. Tres avalanchas migratorias en siete meses y no se ha dado todavía con la solución a la llegada imparable de cayucos a Canarias. Más vigilancia, más controles y nuevas rutas. Los puntos de origen se sitúan cada vez más al sur, los viajes se preparan con más precipitación, y no hacen escalas para hacer acopio de víveres o combustible. Un cóctel que se ha traducido en dieciséis inmigrantes muertos en julio, durante la travesía o ya a su llegada a las Islas. El último, un hombre marroquí, aparecía ayer en una playa de Lanzarote, donde días atrás se había encontrado una patera sin ocupantes.

Desde mediados de junio han llegado a Canarias más de 3.000 inmigrantes; 935 lo han conseguido en los últimos cinco días. Los centros vuelven a colapsarse. Actualmente permanecen en las instalaciones de retención 3.288 indocumentados; atendiendo a las sucesivas ampliaciones ejecutadas desde que empezó el año quedarían 1.188 plazas libres. Sin embargo, tal y como ha denunciado reiteradamente el Ejecutivo canario, el cupo del Archipiélago es de 1.476 inmigrantes – repartidos en Gran Canaria (con las 168 plazas de Barranco Seco), Fuerteventura (el centro de El Matorral cuenta con 1.070 plazas) y Tenerife (con espacio para 238 personas en Hoya Fría) – .

Las avalanchas registradas este año, las primeras en marzo y mayo, llevaron al Estado a habilitar «provisionalmente» dos acuartelamientos militares en Gran Canaria y Tenerife, que aunque en un principio disponían de unas 800 plazas cada uno en la actualidad podrían acoger a 1.500 inmigrantes.

Hasta ahora la provincia oriental había sido la más perjudicada por el fenómeno migratorio; invertida la tendencia, a día de hoy es Tenerife la que más inmigrantes recibe y acoge. La saturación en sus centros hizo que este viernes, tras rescatar un cayuco, Salvamento recibiese la orden de cambiar de rumbo y trasladar a Gran Canaria un grupo de inmigrantes que iban a ser remolcados hasta el tinerfeño Puerto de los Cristianos.

La situación de los menores inmigrantes no es mucho mejor. La Comunidad acoge a más del doble de su capcidad. También en este caso se han tenido que habilitar, a cargo del Gobierno canario, dos centros de «urgencia» en las dos islas capitalinas para poder atender dignamente a los jóvenes.
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