El PP y Vox han alcanzado a un acuerdo para desbloquear el próximo gobierno de Baleares. La formación popular que preside Margalida Prohens ha cedido la presidencia del Parlamento autonómico a Vox y, a última hora de la tarde de este lunes, ha suscrito un preacuerdo programático con algunos ejes político que se compromete a seguir.

Se trata de un documento marco firmado por ambas fuerzas políticas que recoge algunas de las cuestiones incluidas en la agenda de Vox, ya incluidas en el acuerdo valenciano, aunque, en el caso balear, con un desarrollo más elaborado y con matices propios del programa del PP.

Con este acuerdo se allana el camino para que el PP gobierne en solitario el archipiélago y Prohens sea investida a finales de mes con el apoyo de los ocho diputados que el partido de Abascal obtuvo en las Islas.

Con estas concesiones, y a falta de que se concrete, se da el primer paso para dar por descartado un gobierno de coalición en las Islas tras las elecciones del pasado 28 de mayo, en las que el PP fue la fuerza más votada con una holgura diferencia, quedándose sin embargo a cuatro escaños de la mayoría absoluta.

El acuerdo firmado entre PP y Vox se articula en cinco bloques. El primero, referido a la libertad, compromete a ambas formaciones a “consolidar un modelo educativo libre de adoctrinamiento ideológico” y a garantizar la “libre elección de la primera lengua para sus hijos” a los padres de Baleares. Esta ha sido la principal reivindicación de Vox, que pretende sin embargo extenderla a toda la educación, un punto en el que ambas formaciones se diferencian.

El acuerdo dedica igualmente un apartado a la «protección de la mujer», en especial, por «la menores tuteladas». El primer punto se compromete a «garantizar toda la asistencia, apoyo y lucha frente a la violencia contra las mujeres» pero también se pide «identificar los perfiles repetidos de los agresores», en la línea de Vox de señalar a colectivos de inmigrantes. Y se proclama que «se apoyará y asistirá a las víctimas de violencia intrafamiliar», «en especial a la que sufren las mujeres, los niños y los ancianos». En ningún momento se habla de «violencia de género», la terminología habitual que Vox niega, y sí se cita esa «violencia intrafamiliar» que siempre ha esgrimido Abascal.

Poco después de la firma en Palma, Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP, justificaba en la Ser: «La violencia machista es una obviedad y no debe llamar la atención que no esté en los textos. Hay sentencias que acreditan homicidios por violencia machista. Me leí el texto de Baleares y un párrafo dice ‘erradicar discursos machistas…’».

Entre otra serie de declaraciones teóricas de intenciones, el documento, firmado por los portavoces parlamentarios de ambos partidos, Sebastiá Sagreras (PP) e Idoia Ribas (Vox), recoge asimismo un punto para potenciar la coordinación de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado para combatir la inmigración ilegal y las mafias organizadas que la promueven, subrayando que Baleares se ha convertido en un punto caliente de las rutas migratorias del Mediterráneo.

Las negociaciones se habían empezado a desbloquear esta mañana, cuando Vox ha anunciado que su líder en Baleares, Jorge Campos, irá como candidato autonómico al Congreso en las próximas elecciones generales. Campos era el máximo defensor de que Vox entrara en el gobierno regional y su salto a la política nacional ha allanado el camino para que el PP haya negociado un acuerdo en las Islas.

Este martes se constituye el Parlamento balear y los dos partidos harán visible este acuerdo con la elección de la presidenta de Vox. La próxima cita será la investidura de Prohens, que se someterá a votación la próxima semana.