Polonia y Hungría se niegan a recibir refugiados según el reparto de migrantes de la UE

Varsovia y Budapest ya votaron la víspera en contra de la iniciativa de los Veintisiete de distribuir al año unos 30.000 extranjeros entre los países comunitarios

Diario Vasco, Johana Gil, 12-06-2023

«No permitiremos ninguna cuota de refugiados de África, Oriente Próximo, árabes o musulmanes», dijo este viernes el primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, un día después de que la Unión Europea acordara, tras años de negociación, un mecanismo voluntario de reparto de migrantes, pese al voto en contra de Varsovia y Budapest.

Bruselas insiste en que es «una situación en la que todos ganan» al distribuir al año unos 30.000 extranjeros entre los países comunitarios. Sin embargo, Polonia, que reúne el mayor número de refugiados ucranianos tras el comienzo de la invasión rusa, defiende que no aceptará a más migrantes. Moraewiecki insistió en que la postura no cambiará mientras el partido Ley y Justicia, formación ultraconservadora que gobierna desde 2015, esté en el poder. El ministro de Asuntos Europeos, Szymon Szynkowski, también se pronunció: «No aceptaremos que se nos impongan ideas absurdas».

En la misma línea, el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, tachó el acuerdo de «inaceptable». Y agregó que «la UE abusa de su poder» por querer trasladar a personas «por la fuerza» a Budapest. Según el dirigente, quieren convertir a Hungría en «un país de inmigrantes». Ya durante la reunión del jueves, la delegación magiar había dicho que el texto era un «carta de invitación a la inmigración ilegal».

Compensación
De continuar con la negativa, ambos países se enfrentan a una «multa» de 20.000 euros por migrante no reubicado que les corresponda o bien deberán ofrecer material humanitario por un valor equivalente que será enviado a otra nación de acogida.

Hungría y Polonia fueron los dos únicos países que votaron en contra el jueves. La comisaria de Interior de la UE, Ylva Johansson, declaró que esas posturas forman parte de la normalidad de los procesos en el seno del Consejo de los Veintisiete, pero advirtió que una vez el pacto sea adoptado todos los Estados comunitarios deberán cumplir las normas.

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