Alrededor de 200 personas se concentraron este domingo a mediodía frente a la puerta de la comisaría de la Policía Nacional en Irun. Convocados por Irungo Harrera Sarrera, denunciaban la existencia de una orden, que luego se anuló, que ofrecía días libres por la detención de migrantes sin papeles en la frontera. Desde minutos antes, la entrada del edificio de la comisaría en la plaza del Ensanche se encontraba acordonada y mantenía un perímetro de seguridad con la vigilancia añadida de varios agentes de la Ertzaintza. «La noticia que hemos conocido esta semana es muy grave», indicaba Itziar Gómez, miembro del colectivo de apoyo a personas migrantes en Irun, en referencia a la información dada a conocer por este periódico.

Mientras el centro cultural extremeño de San Sebastián ultimaba los detalles para celebrar su jornada en la localidad fronteriza, con su gastronomía tradicional y los ensayos de las jotas extremeñas, se fueron acercando personas de distintas edades para exigir que se trate a todas las personas por igual. Pepi, vecina de Irun, llegó acompañada de su familia. «Estamos viendo todos los días que les hacen barbaridades a los migrantes. No nos podemos acostumbrar». Cerca de ella estaba Braise Pérez. «Es un escándalo. La Policía, que todos sabemos que no es así, debería estar para defender los derechos de las personas», comentaba con sus amigos. «Esta vez nos hemos enterado, pero te hace preguntarte qué no habrá dentro de las comisarías. Todos deberíamos tener los mismos derechos. Los que vivimos junto a la muga vemos todos los días cómo detienen inmigrantes y cómo les tratan, como si no fueran personas».

A las doce, tras la pancarta de Irungo Harrera Sarrera escucharon atentos el comunicado de la asociación. «Estos premios a la caza son un ejemplo de las injusticias que se cometen en esta muga de Bidasoaldea contra las personas migrantes. No podemos acostumbrarnos a estas barbaridades, no es justo ni legal», leía Gómez, que recordó que «las personas migrantes también tienen sus derechos» y que no tener papeles «no es un delito» si no que es «una falta administrativa, como una multa de tráfico».
Irungo Harrera Sarea pedía a la ciudadanía que «se active contra estas barbaridades,» y exigían que «el Ministerio y los responsables políticos investiguen lo sucedido y ejecuten las dimisiones pertinentes». Solicitaba además que «luchen contra el racismo» así como que «formen a sus agentes como corresponde». La lectura terminaba con el grito de «nadie es ilegal», «libertad de circulación», que fue acogido al finalizar con aplausos de los asistentes.

Entre los presentes, Jodanna Berra asentía con la cabeza. Esta dominicana que tuvo que «salir de mi país para buscarme una mejor vida», repetía con convicción: «No somos criminales». «Da mucha rabia leer ese tipo de noticias», comentaba. «El hecho de salir a buscarnos la vida no nos convierte en criminales. Que esto suceda en Europa…», decía molesta.

«Cuando nos enteramos de que se premiaba con días de vacaciones por cazar migrantes, es decir negros o árabes, nos costó reaccionar, porque no nos lo creíamos», confesaba Ion Aranguren, miembro de la red de acogida de Irun. «Lo triste es que tenemos la sensación de que la situación puede empeorar. Ayer fue detener, qué puede ser lo siguiente», se preguntaba.