Acuerdo «histórico» entre los Veintisiete. La presidencia sueca del Consejo Europeo logró este jueves un acuerdo entre los ministros de Interior de la Unión Europea (UE) para el reparto de migrantes irregulares llegados a territorio comunitario. Este mecanismo, que busca un equilibrio entre «responsabilidad y solidaridad», quiere aliviar la presión de los países de entrada como España, Italia y Grecia y ha salido adelante a pesar del voto en contra de Polonia y Hungría. El texto definitivo deberá discutirse ahora con el Parlamento Europeo antes de su aprobación definitiva.

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Beatriz Juez
El acuerdo ha sido posible una vez que Italia se ha mostrado cómoda con la propuesta que había sobre la mesa. El objetivo es reubicar a al menos 30.000 personas al año, con penalizaciones de 20.000 euros por persona a los países que rechacen acogerlos. Una vez superado el tope de 30.000 personas, los Estados miembros quedarán exentos de aplicar este mecanismo. Para su entrada en funcionamiento, los países de entrada deberán incluir nuevos procedimientos de control para identificar a todos aquellos migrantes que lleguen a su territorio de manera irregular.

Para Varsovia y Belgrado el acuerdo, que servirá de base en las negociaciones con la Eurocámara, es «inaceptable». La delegación húngara ha defendido que hay que «eliminar los incentivos para la migración ilegal» y ha asegurado que el texto es «una carta de invitación» para quienes quieran llegar a territorio europeo por estas vías. Polonia, por su parte, ha defendido la necesidad de lograr un pacto al «máximo nivel político» entre los líderes de los Veintisiete. Bulgaria, Malta, Eslovaquia y Lituania tampoco han quedado satisfechas con el mecanismo y se han abstenido en la votación.