Dos presos marroquíes escapan de su celda haciendo un agujero e intentan fugarse con una sábana
Fueron sorprendidos por los funcionarios cuando ya estaban en el tejado
La Verdad, 04-08-2006No fueron muy imaginativos, pero estuvieron muy cerca de lograr una fuga de película. Dos presos del centro penitenciario de Sangonera, ambos de nacionalidad marroquí, fueron sorprendidos en la madrugada de ayer cuando intentaban escapar de la prisión provincial por el más tradicional de los métodos: agujero en una pared de la celda e intento de salto al exterior del recinto con ayuda de unas sábanas anudadas entre sí.
El frustrado intento de evasión fue descubierto alrededor de las cuatro de la madrugada, cuando unos funcionarios que realizaban la obligada ronda nocturna vieron cómo desde una de las celdas del módulo tres colgaba una sábana. En la pared se apreciaba también un agujero o butrón. Blanco y en botella. No hacía falta ser muy sagaz para llegar a la conclusión de que alguien estaba tratando de marcharse de la prisión sin el preceptivo auto de libertad del juez de Vigilancia Penitenciaria.
Los funcionarios dieron la alarma y comenzaron a rastrear los tejados del centro penitenciario con ayuda del sistema de cámaras de vigilancia hasta que descubrieron, agazapados en una azotea, a los dos internos. De ahí a devolverlos a otras celdas, éstas separadas y ubicadas en el pabellón celular – máxima seguridad – , fue todo uno. Con su frustrado intento de fuga, los dos internos lo van a tener más complicado a partir de ahora recuperar la libertad.
Fuentes no oficiales del centro penitenciario señalaron que los dos reclusos son de origen magrebí y que se encuentran en situación de prisión preventiva, a la espera de juicio. Mientras uno de ellos está acusado de un delito de robo, el otro fue encarcelado tras cometer supuestamente una agresión sexual, de la que no han sido aportados más datos.
Los intentos de fuga no son demasiado frecuentes en la prisión de Murcia y casi todos culminan sin éxito. Sin embargo, en las dos últimas décadas al menos tres internos han conseguido evadirse cortando los barrotes de sus celdas, subiendo a los tejados y descolgándose al exterior con ayuda de sábanas.
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