Derriban las chabolas de Urbina «pero siguen las peleas» en la finca

Quien levantó las infraviviendas se ha encargado de derribarlas sin tener que entrar las máquinas, tras la orden del Ayuntamiento de Legutio

Diario Vasco, Sara López de Pariza VITORIA., 01-06-2023

De las chabolas ubicadas en una finca privada de Urbina en las que llegaron a vivir varias familias de inmigrantes en condiciones de «insalubridad» solo quedan ya escombros. Estas infraviviendas han sido derribadas en los últimos días, o al menos la mayor parte de ellas, todas las que eran visibles desde el exterior. Dentro del terreno, eso sí, se mantienen un par de casetas que los propietarios defienden que utilizan para guardar distintos tipos de materiales.

No ha sido necesario que entraran operarios ni máquinas externas para acabar con las chabolas. Ha sido el hombre responsable de esta trama quien se ha encargado de derribar las construcciones dentro del plazo que otorgó el Ayuntamiento de Legutio. En el terreno, donde ahora ha crecido la hierba, son visibles todavía las estructuras de estas construcciones junto a un gran número de escombros, restos de un lavabo, un arcón, ventanas, sillas de plástico y hasta una ducha de hidromasaje abandonada junto a un árbol.

Los vecinos del pequeño pueblo de Urbina han escuchado ruidos de mazas en los últimos días y también han sido testigos de cómo se quemaban diversos materiales. «Por fin. Parece que hemos acabado con una parte importante del problema, pero no con todo», confiesa un residente con sentimientos agridulces. Y es que en la vivienda principal reside todavía el que todas las voces señalan como el encargado de ordenar la construcción de las chabolas y gestionar el movimiento de residentes.

Visitas de la Ertzaintza
Al parecer, este hombre, un sexagenario que reside junto a su compañera, sigue manteniendo enfrentamientos puntuales con otro de los inquilinos del inmueble principal. «Se pelean, se gritan y se insultan entre ellos… lo mismo de siempre, de eso no nos libramos», se queja otra vecina, que asegura que la Ertzaintza ha vuelto a acercarse a la finca en las últimas semanas debido a estas peleas. En el chalé también se mantiene la propietaria, una nonagenaria de origen portugués viuda y sin apenas trato con el resto de vecinos del pueblo.

A pesar del derribo de la mayoría de las chabolas, levantadas con materiales como madera y chapa, a la finca habría vuelto el trasiego de inquilinos temporales. «Durante mucho tiempo no había nadie pero hace pocos días llegaron unas personas de origen extranjero a la casa, eran nuevos por aquí pero son muy discretos y apenas se les veía. No sabemos si siguen o ya se han marchado», narran los testigos.

En la vivienda de la calle La Estación llegó a haber 41 personas empadronadas y el Ayuntamiento de Legutio inició el pasado mes de abril los trámites para desempadronar a los que realmente no residen allí. Según ha trasladado este miércoles el alcalde en funciones Juan Cruz (EH Bildu) ese aspecto está «solucionado» y en el padrón municipal no aparecerían inquilinos ficticios. El regidor, sin embargo, no concreta cuántas personas han sido desempadronadas.

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