Sophie Muller: «Refugiados que vienen de África se sienten seguros en Europa por primera vez en su vida»

La experta en derechos humanos dará una conferencia este jueves en la Cátedra Inditex-UDC

La Voz de Galicia, J. V. LADO, 31-05-2023

Sophie Muller se formó como jurista en Francia, ocupó cargos de responsabilidad de la ONU en África y Asia-Pacífico y desde el 2009 ejerce como representante en España del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). Mañana, a partir de las 19.30 horas, hablará sobre su trabajo y la situación en España y en el mundo en el ciclo Código Abierto de la Cátedra Inditex-UDC de Sostenibilidad.

—¿Qué diferencia a un refugiado de un migrante económico?

—Una persona refugiada huye de una situación de guerra, de persecución, de violación de los derechos humanos. No puede volver voluntariamente a su país de origen. Es una definición jurídica incluida en el artículo 1 de la convención de 1951. Constituye la base de todo el trabajo de asilo. Y una persona migrante, en teoría, puede volver a su país de origen. Estará en condiciones económicas o de acceso a servicios distintas, pero no necesariamente corre peligro su integridad física o su seguridad jurídica. La clave es el principio de «non-refoulement» —derecho a no retorno— que implica que la persona no puede ser devuelta al lugar donde corre peligro, ya sea su país de origen u otros.

—¿Cuál es el papel de Acnur en estos procedimientos?

—Nuestro trabajo es apoyar a las autoridades para que puedan implementar sus obligaciones internacionales, nacionales y europeas. Hemos sido creados para proteger y para encontrar soluciones. Desde el primer momento de la huida, del cruce de fronteras y con la protección jurídica y social después. Son los elementos que luego muchas veces van a permitir soluciones en la acogida, en el retorno a su país o a un tercero cuando no es posible el regreso al suyo. También ocurre muchas veces que no está suficientemente protegido en su primer país de asilo. Esto ocurre muchas veces en situaciones de conflicto en los que las condiciones de estos países fronterizos son igual de delicadas e inestables.

—¿Qué se le ofrece a las personas refugiadas?

—Soluciones desde la inclusión, la integración, ya sea de manera temporal o duradera. Es el acceso a servicios a través de los derechos socioeconómicos que permiten a la persona refugiada dar ese paso adelante. Ya tiene la protección física, la protección jurídica. Está documentada, pero así accede a educación, trabajo, vivienda, puede asociarse, acceder a programas de mentoring [asesoramiento], practicar deporte… Eso permite reconstruirse a nivel de salud mental, de bienestar… pensar en su futuro de manera proactiva y participar en la sociedad que les acoge. De eso es de lo que vamos a habar mañana, tanto de la situación dramática en la que se encuentra el mundo, con 103 millones de personas desplazadas —un poco más porque esas son cifras de finales del año pasado— y de situaciones de crisis, emergencia. Queremos visibilizar e impulsar el mecanismo español de solidaridad, la tendencia impresionante a la solidaridad que hay en España.

—¿Cómo se sale de esa condición de refugiado?

—A través de las soluciones duraderas, sostenibles, para las personas refugiadas. La primera idea —como nos pasaría a cualquiera en esa situación— es volver a su país de origen, en particular cuando la huida ha generado separaciones de familias, como ocurrió en Ucrania, donde las mujeres se fueron con los niños y la mayoría de los hombres han tenido que quedarse. En estos casos, son muy conscientes y van a luchar para que sea lo más temporal posible. Como no han cruzado muchas fronteras, el movimiento de regreso está siendo pendular. En el caso de persona que vienen, por ejemplo, de África, que han tenido que cruzar muchas fronteras, el retorno voluntario es más lento porque muchas veces Europa es el lugar del mundo en el que por primera vez en su vida se han podido sentir seguras. Por eso su primer pensamiento es descansar y ponerse a trabajar o estudiar.

—¿Quién asume el peso de la acogida de refugiados?

—El 74 % de las personas refugiadas son acogidas en países de ingresos bajos y medios, fronterizos de las zonas de las que han salido. Y la mayoría de los desplazados en el mundo son internos, dentro de su propio país, que es donde en Acnur trabajamos para proporcionarles espacios de paz y de seguridad. Por eso que si en Europa existe el miedo de que lleguen millones y millones, más millones hay en los países fronterizos y por eso hay que trabajar más la cooperación internacional con estos países.

«No habíamos visto una respuesta como la de Ucrania desde la Segunda Guerra Mundial»
Muller explica las diferencias entre los refugiados ucranianos y los que vienen de países lejanos

—¿A qué se debe la rápida actuación en Ucrania y por qué no se dio en otras crisis?

—Lo que fue la movilización tanto a nivel de Gobiernos como de las sociedades europeas fue casi inédito. No habíamos visto tal respuesta desde la Segunda Guerra Mundial. La crisis fue inédita y la respuesta igual de inédita. La UE tuvo una capacidad de organización sumamente rápida. Fue excepcional porque era algo que tocaba a Europa como región. Lo que necesitamos es que las buenas prácticas sean útiles para todos. Por ejemplo, ya que se ha hecho un plataforma de empleo, trabajemos para ampliar su potencial.

—¿Qué falla para que se haya llegado a la compra de citas para ser atendido en Extranjería?

—Hay varios elementos. Primero el derecho a pedir asilo. La persona huye, cruza la frontera, pide asilo, se valora, se reconoce o no y eso da acceso a derechos y soluciones. El reto principal últimamente ha sido la posibilidad de pedir asilo. En España se hace en las comisarías, la Policía hace un trabajo extraordinario, pero es un volumen enorme: 140.000 solicitudes solo el año pasado, que convierten a España en el tercer país de Europa en cuanto a peticiones. Estamos trabajando con el Ministerio de Interior, que tiene la competencia, para agilizar el procedimiento. Por otra parte, hubo una situación muy delicada de fraude en la plataforma digital que se usa para pedir asilo. Ahora la Policía Nacional permite en cada provincia que se use o no en función del riesgo, mientras se implementa una plataforma nueva y segura.

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