Pittsburgh busca justicia tras el peor tiroteo antisemita en EE UU

La polémica sobre la pena de muerte marca el juicio contra el autor del ataque que en 2018 acabó con la vida de once personas en una sinagoga

Diario Vasco, Mercedes Gallego Corresponsal. Nueva York, 31-05-2023

Robert Bowers vuelve a estar hoy en las noticias de todo el mundo, incluyendo este periódico. Eso es precisamente lo que quería negarle el rabino Jonathan Perlman cuando escribió al fiscal general William Barr en 2019 pidiéndole que aceptase la oferta de su abogado de declararse culpable a cambio de cadena perpetua. Barr no lo aceptó y su sucesor, Merrick Garland, tampoco. Así es como empezó este martes en Pittsburg (Pensilvania) el segundo juicio de pena de muerte del Gobierno de Joe Biden.

«Un juicio prolongado y difícil con pena de muerte sería un desastre, con testigos y abogados sacando a relucir un drama horroroso y dándole a este asesino la atención mediática que no merece», escribió el rabino de la congregación New Light, una de las tres que albergaba la sinagoga de Pittsburgh en la que el 27 de octubre de 2018 Bowers entró a tiros. Nadie tiene dudas de que fue él. La defensa lo ha admitido para negociar su vida, aunque todavía tiene que decidirlo el jurado. Por eso el fiscal le ha pedido a los doce miembros del jurado que pongan mucha atención a los detalles. Son estos los que decidirán si fue un crimen de odio que merece ser pagado con la vida.

Cuando la policía le detuvo a tiros, después de matar a once personas y herir a seis, incluyendo a cuatro agentes, le preguntó por qué lo había hecho. «Todos los judíos tienen que morir, son hijos de Satán», les contestó. «Los judíos están matando a nuestros hijos. Están trayendo a inmigrantes que matan a nuestra gente y están cometiendo genocidio». Antes de coger un rifle de asalto AR 15 y todo un arsenal, colgó un último post en Gab, la red social que más usan los extremistas de ultraderecha. En él criticó a los migrantes «invasores» a los que estaba ayudando la Hebrew Immigrant Aid Society y acabó con un: «No puedo quedarme sentado mirando cómo mi gente es masacrada. Que se joda la óptica, voy a entrar».

«Bien planeado»
La defensa ha alegado esquizofrenia, epilepsia y deterioro cerebral, pero la Fiscalía está decidida a conseguir para él la pena capital, en parte porque familiares de nueve de las once víctimas se lo han pedido, y en parte porque disparar contra un policía no se perdona en Estados Unidos. «En el centro de este caso está la supervivencia», dijo la fiscal este martes al abrir el juicio. «Esto trata sobre los oficiales de Policía de Pittsburgh que pusieron sus cuerpos frente a las balas».

El jurado escuchará los testimonios de once supervivientes de la matanza y familiares de las víctimas entre las que se encontraban una abuela de 92 años, un contable de 87 y un matrimonio que se había casado en esa misma sinagoga 60 años antes. El hombre de 46 años se abrió paso a tiros por una ventana y buscó a sus víctimas sala por sala. A algunas les disparó a tan corta distancia que el calor de su rifle les chamuscó la piel, ha concluido el forense. Sin duda las miró a los ojos y no vaciló. «Este fue un ataque bien planeado», asegura la acusación.

Bowers enfrenta 60 cargos en un juicio que se prolongará hasta julio y que resulta especialmente controvertido porque ocurre al mismo tiempo que el Gobierno de Biden ha declarado una moratoria en ejecuciones federales, después de que 13 reos recibieran la pena capital durante los primeros seis meses del último año Donald Trump.

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