“No juego más”

Deia, Marta Martín, 29-05-2023

Los lamentables y absolutamente reprochables insultos racistas que el futbolista del Real Madrid Vinicius recibió el domingo pasado en el estadio del Valencia han provocado una semana de reacciones de distinto corte y peso. Por demás, la unidad en la denuncia que ha llegado a ser, incluso, interplanetaria, en consonancia con el astro blanco. El racismo en el deporte rey ha existido siempre, si bien la contundencia esta vez en la reacción –con los agresores incluso detenidos– ha sido inexistente en tiempos anteriores. De otra manera, de tomarse en su momento decisiones como cerrar gradas e incluso campos enteros hoy estaríamos hablando de otra cosa. Han pasado la friolera de 17 años desde el famoso “no juego más” que denunciara Samuel Eto’o en el campo del Zaragoza. Y seguimos igual o peor. En estas dos décadas la violencia verbal, ya no solo el racismo, se ha trasladado hasta los campos de colegios e ikastolas asistiendo a un goteo de denuncias por agresiones o ataques a los árbitros y entre jugadores llegadas, en muchas ocasiones, desde los propios progenitores de los menores que disputan el partido. Un campo de cultivo en el sentido más negativo posible que convierte a nuestros hijos e hijas en asistentes de una lamentable situación que corre el riesgo de naturalizarse. Y, como dice la frase, de aquellos barros estos lodos, reproducidos hace una semana en Mestalla, pero también sufridos por los hermanos Williams u otros futbolistas. Así, la sociedad tiene en su debe corregir con prontitud estas conductas para que desde la base se entienda que la entrada al campo no incluye el insulto ni el ataque verbal. Una tarea que interpela también directamente a nuestra clase política para acotar el campo a quienes no saben comportarse de manera respetuosa y cívica. Claro que para ejemplarizar hay que dar ejemplo. Las palabras de Isabel Díaz Ayuso afirmando que el PNV es un partido racista solo contribuyen a generar una aversión inaceptable hacia la causa vasca. Y eso también es racismo.

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