El envejecimiento de la población es uno de los mayores logros de la Humanidad». Iñigo Calvo Sotomayor, profesor de la Deusto Business School e investigador especializado en la economía del envejecimiento, arranca la conversación dejando claro que tiene una visión «poco alarmista» de la actual tendencia demográfica de Euskadi, «marcada por una natalidad cada vez más baja y una esperanza de vida cada vez mayor». Pero reconoce que va a impulsar profundos cambios para los que hay que prepararse.

«En menos de 50 años hemos pasado de preocuparnos por la superpoblación a hacerlo por la baja natalidad», señala, incidiendo en dos influyentes ensayos paradigmáticos de ese cambio: ‘The Population Bomb’ (la bomba poblacional), publicada en 1968 por Paul R. Ehrlich, y ‘Empty planet’ (Planeta vacío), escrita hace cuatro años por Darrell Bricker. «En todas las circunstancias hemos sabido adaptarnos», apostilla Calvo, que trabaja con expertos de todo el mundo para analizar los datos, «acabar con los mitos demográficos», y asesorar en la adopción de políticas que faciliten la transición.

Evolución de la población en Bizkaia

Evolución de la población en Bilbao

«Se trata de una tendencia global. La incorporación de la mujer al mercado laboral y la planificación familiar, sumadas a los avances en sanidad, hacen que la fertilidad caiga y el envejecimiento llegue a todos los rincones, incluso a África. Una ventaja con la que contamos es que sabemos, más o menos, lo que va a suceder en este campo y podemos organizarnos»
Iñigo Calvo Sotomayor

Calvo huye de términos como ‘suicidio demográfico’. «No tenemos que caer en la nostalgia de la pirámide poblacional, pero sí prepararnos para aprovechar las oportunidades que van a llegar. Hay que hacer los deberes para aprovechar la próxima década», indica.

Abajo los mitos
Todo apunta a que Bilbao, Bizkaia y Euskadi en general, no crecerán más en población. Como mucho, la aspiración es mantener las cifras actuales. «Hay que derribar diferentes mitos. Por un lado, que las políticas de incentivo de la natalidad funcionan. Son un parche que no va a revertir la tendencia actual. Por otro lado, que los inmigrantes pueden equilibrar la balanza. A corto plazo puede ser, pero los países emisores también están envejeciendo, y las proyecciones apuntan a un descenso de la inmigración, así que la estrategia no será eficaz durante mucho tiempo», enumera Calvo, añadiendo que, además, «hay que romper con la tiranía de la edad cronológica». O sea, que los 60 de ahora no son los de hace medio siglo. «Los 60 son los nuevos 50», dispara, subrayando que en esta nueva coyuntura es lógico retrasar la edad de jubilación e introducir nuevas modalidades como la jubilación activa.

Envejecimiento y productividad
En primer lugar, eso supone un reto para las empresas, porque cada vez habrá menos gente en edad de trabajar. «Hace falta introducir nuevas prácticas de gestión de la edad en las compañías y crear equipos multigeneracionales que disparan la productividad porque las competencias de jóvenes y de mayores se complementan», explica Calvo.

Calvo apunta a las sinergias que se producen en equipos multigeneracionales. Sinergias que también se reproducen a nivel social y en la vida cotidiana
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Calvo apunta a las sinergias que se producen en equipos multigeneracionales. Sinergias que también se reproducen a nivel social y en la vida cotidiana Ainhoa Gorriz
El investigador pone como ejemplo un experimento práctico: «En una fábrica se dividieron dos líneas de montaje por edad. Se descubrió que, si bien los jóvenes iban a mayor velocidad, cometían más fallos y, por lo tanto, no tenían una mayor productividad». Además, una plantilla envejecida justifica también la inversión en la automatización que equilibra la balanza y compensa sus posibles carencias, por lo que Calvo demanda a las instituciones financieras que faciliten esos desembolsos. «Se ha demostrado que, a diferencia de lo que se creía, los países más envejecidos no son menos eficientes ni ven lastrada sus economías», sentencia.

Relevo generacional y nuevos nichos
Además, el académico señala que «las empresas también envejecen» y que el relevo generacional en las pymes es clave para evitar la destrucción del tejido vasco. Para impulsarlo, se fija en el ‘mercado online’ que Cataluña ha puesto en marcha con el objetivo de unir a quienes quieren deshacerse de su empresa porque van a jubilarse y los que quieren abrir la suya propia. «El Gobierno puede acompañar en esa transmisión empresarial, haciendo de casamentera, aportando recursos y seguridad a la operación», explica, señalando lo adecuado de extender iniciativas como la de la plataforma NegoziON de Bizkaia.

Calvo menciona la denominada ‘Silver Economy’ que consiste en productos y servicios dirigidos a personas cada vez más mayores aunque, sobre todo, apunta hacia el llamado ‘Talento Senior’ que busca la transferencia de conocimientos entre profesionales de distintas edades
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Calvo menciona la denominada ‘Silver Economy’ que consiste en productos y servicios dirigidos a personas cada vez más mayores aunque, sobre todo, apunta hacia el llamado ‘Talento Senior’ que busca la transferencia de conocimientos entre profesionales de distintas edades PasjaM
El tejido comercial también tiene que ir adaptándose a la ‘economía de plata’, como se conoce a los servicios y productos que demandan los más mayores. «Se va a notar mucho en la alimentación, por ejemplo», vaticina. En la Sanidad, Calvo cree necesario impulsar un cambio significativo: «Hay que pasar del tratamiento al enfermo agudo a otro que se centre en el crónico», indica. Y en las universidades, cuyo atractivo Bilbao debería explotar más, ve imprescindible centrar el foco no ya solo en los jóvenes, sino «en quienes quieren formarse a lo largo de toda su vida para reciclarse o, por qué no, hacer un Erasmus a los 40».

Lógicamente, el envejecimiento va a tener un impacto claro en la propia fisonomía de las ciudades. «Aunque se han hecho muchas cosas bien, hay que impulsar aún más la movilidad sostenible. Por ejemplo, instalando escaleras mecánicas detrás del Ayuntamiento», comenta. Pero para que todo ello llegue a buen puerto, Calvo considera imprescindible «alcanzar un nuevo pacto intergeneracional que se adapte a la nueva estructura social que se avecina».