La inmigración neta al Reino Unido supera las 600.000 personas al año pese al Brexit

Furiosa reacción de los partidarios de la ruptura con la UE y el sector más nacionalista del Partido Conservador

La Vanguardia, RAFAEL RAMOS, 26-05-2023

El Brexit ya es oficial si no lo era antes ha conseguido todo lo contrario de lo que prometía su dogma: que la inmigración neta al Reino Unido sea la más elevada de la historia. Lo de “controlar nuestras propias fronteras”, lema de los partidarios de la salida de Europa, parece un chiste. Se ha acabado la libertad de movimiento con los vecinos de la Unión Europea, pero las compuertas se han abierto a ciudadanos de los países de la Commonwealth y las antiguas colonias, a hongkoneses reprimidos por el régimen autoritario chino y a ucranianos que huyen de la violencia desatada por Putin. Los fontaneros polacos y camareros españoles han sido sustituidos con creces por estudiantes nigerianos e informáticos indios que se traen a sus familias.

En el 2022, según las cifras facilitadas por la Oficina Nacional de Estadísticas, llegaron al Reino Unido 606.000 extranjeros más de los que se fueron, número sustancialmente superior a los 504.000 del año anterior (un incremento del 20%), y eso a pesar de la constante retórica del Gobierno de que “hay que reducir la cifra a un máximo de cien mil personas”.

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Pero el dogma es el dogma y la realidad social, política y económica otra. Las universidades de élite que forman parte del soft power británico exigen estudiantes de otros países que paguen sus matrículas, el sistema de pensiones no se puede mantener con una población nativa cada vez más envejecida, y alguien tiene que recoger las fresas y conducir los camiones.

A todo esto, los europeos siguen marchándose como consecuencia del Brexit y las exigencias burocráticas que se les hacen (se fueron en el 2022 51.000 más de los que vinieron), con lo cual sectores como el de la restauración y la hostelería siguen sin poder contratar todo el personal que necesitan. Pero la inmigración neta de fuera de la Unión Europea, un total de 662.000 individuos, ha suplido con creces esa pérdida para desesperación de aquellos que piensan que “Gran Bretaña ha de ser para los británicos”.

Se necesita mano de obra productiva
Los datos han colocado contra las cuerdas al primer ministro Rishi Sunak, que ha puesto el énfasis en la reducción del número de migrantes que llegan en pateras a través del Canal de La Mancha, pero ha abierto de par en par las puertas a la inmigración legal, con beneplácito de las autoridades. Es la hipocresía innata del tema, que, por un lado, el Gobierno apela a los votos nacionalistas con la promesa de cerrar las fronteras, pero por otro necesita mano de obra productiva que haga los trabajos que los locales rechazan. Más de cinco millones de británicos no trabajan y viven de los subsidios del Estado.

Sucesivos gobiernos conservadores, desde David Cameron, llevan una década y media prometiendo que la inmigración ha de ser de menos de cien mil personas al año. Pero lo cierto es que no para de subir, y ya ha superado con creces el medio millón anual. Brexit o no Brexit.

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