Un proyecto escolar aprovecha el potencial de la música para la prevención del racismo
El Instituto Mendaur de Doneztebe ha sido uno de los participantes en este proyecto de Políticas Migratorias del Gobierno de Navarra
Diario Vasco, , 24-04-2023Txus San Vicente, las profesoras del Instituto Mendaur de Doneztebe Marta Indart Elizondo e Itziar Paternain Valencia, junto a Naroa Telletxea Mingeguia, alumna en prácticas, han llevado a cabo un proyecto de sensibilización intercultural que forma parte del programa Escuelas de Colores, de la Dirección General de Políticas Migratorias del Gobierno de Navarra, una iniciativa que ofrece herramientas y materiales que pueden servir como complemento, faciliten el trabajo y la sensibilización intercultural en los diferentes ciclos educativos.
En este caso concreto, la vía para la reflexión y la sensibilización es el rap, un género musical que incorpora rima, habla rítmica, versos, prosa y jerga apoteósica sobre una base. Este género musical interpela directamente al alumnado porque forma parte de su día a día y convierte al rap en una herramienta de gran potencial mediante el que los alumnos realizan talleres para componer sus propias canciones usando como referencia experiencias que ellas mismas han vivido o basadas en hechos reales y de actualidad como las historias de las mujeres que denunciaron abusos recogiendo fresa en Almería, la historia de Cheijouna, un joven del barrio de la Txantrea, o el relato en prensa de un superviviente en la tragedia del Tarajal.
Mucho más que una canción
Antes de formalizar el taller con la Dirección General de Políticas Migratorias, la iniciativa ya se había puesto en práctica durante el curso 2020-2021 con la asociación SEI (Servicio Socioeducativo Intercultural), una organización sin ánimo de lucro especializada en el acompañamiento de procesos de reagrupación familiar y duelo migratorio. Es decir, acompaña a adolescentes de otros países que acaban de llegar a Navarra dejando atrás sus hogares y redes de apoyo.
Los docentes creen que el taller contribuye a la cohesión de grupo, al respeto mutuo y al desarrollo integral del alumnado. Así lo explica Marta Indart, del IES Mendaur de Doneztebe / Santesteban. «Les aporta confianza, creatividad, seguridad en sí mismos, diversión, decisión… son libres de contar lo que desean como ellos lo quieren contar».
Los estudiantes y también el propio Txus comparten estas evaluaciones. El artista se ha encontrado con chicos y chicas que al principio eran reticentes a participar por pudor, estigma o timidez y al final lo han hecho. «Romper esa barrera y conseguir la autoestima suficiente para involucrarse ha sido una constante en todos los grupos», reconoce.
Herramienta pedagógica
Técnico en energías renovables de profesión, Txus también forma parte de Ingravitö, un grupo de música en el que toca la guitarra, pone la voz y se transforma. Por eso sabe muy bien que la música puede ser una herramienta pedagógica y funcional que brinda a las personas nuevas formas de ver, sentir y entender la realidad. Este potencial, según él, aumenta en el caso de los adolescentes porque es su lenguaje, su forma de relacionarse, construir su identidad o incluso descifrar el mundo.
Con sus interrogantes, Txus suscita inquietud para el debate que él mismo va enriqueciendo poco a poco con materiales (vídeos, fotos, noticias, testimonios…) adaptados al tipo de grupo con el que le toca trabajar. El resultado es un diálogo en torno a la multiculturalidad, una temática que escogió concienciado de que la sociedad y las aulas de los centros educativos son cada vez más diversas. El último paso del taller es escribir y grabar la canción. La rima se construye también en equipo. De hecho, en el caso de Doneztebe el viaje de Indart a Senegal ha servido para que alumnos de escuelas de allí también formen parte de este proyecto, con los temas que les preocupan, con letras, con fotografías.
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