Cerca de 450 muertes en el Mediterráneo en tres meses: la emergencia migratoria que no preocupa ni a Italia ni a la UE

La OIM advierte de que es el trimestre con más tragedias en el Mediterráneo central desde 2017, cuando hubo casi 2.900. La ONU pide a Meloni que no obstaculice la labor de las ONG y a Bruselas, un operativo coordinado de rescates.

Público, JAIRO VARGAS MARTÍN, 14-04-2023

El Gobierno italiano sorprendió el pasado martes declarando el estado de emergencia nacional por un aumento considerable en la llegada de migrantes por el Mediterráneo en los últimos meses. El repunte es superior al 300% respecto al año pasado, con continuas llegadas de embarcaciones a Lampedusa, Sicilia y a la región sureña de Calabria. Después de varias jornadas consecutivas con más de mil llegadas diarias, el Ejecutivo de Giorgia Meloni ha reaccionado poniendo el foco en una alarma migratoria que no se ha decretado en épocas de mayor afluencia. Con más de 31.000 personas desembarcadas en sus puertos, el Ejecutivo alega riesgo de colapso en los centros de recepción de migrantes, y quiere priorizar y agilizar las identificaciones y las deportaciones de quienes que no tienen derecho a asilo.

Sin embargo, mar adentro tiene lugar una emergencia más acuciante para la que ni Italia ni ningún país europeo parece interesado en dar respuesta. Las muertes en el Mediterráneo central han aumentado considerablemente en el primer trimestre de 2023, según informó el miércoles la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) a través de su proyecto Missing Migrants.

“Estas muertes se han normalizado. La crisis humanitaria es intolerable”, dice el director de la OIM
En los tres primeros meses del año ha documentado la muerte o la desaparición de al menos 441 personas que intentaban alcanzar las costas italianas. Es casi un 27% más que en el mismo periodo de 2022 y, según la agencia de la ONU para las migraciones, es el trimestre con más muertes desde 2017. Entonces se contabilizaron 742 fallecidos y el año cerró con más de 2.850 víctimas.

El Gobierno italiano sorprendió el pasado martes declarando el estado de emergencia nacional por un aumento considerable en la llegada de migrantes por el Mediterráneo en los últimos meses. El repunte es superior al 300% respecto al año pasado, con continuas llegadas de embarcaciones a Lampedusa, Sicilia y a la región sureña de Calabria. Después de varias jornadas consecutivas con más de mil llegadas diarias, el Ejecutivo de Giorgia Meloni ha reaccionado poniendo el foco en una alarma migratoria que no se ha decretado en épocas de mayor afluencia. Con más de 31.000 personas desembarcadas en sus puertos, el Ejecutivo alega riesgo de colapso en los centros de recepción de migrantes, y quiere priorizar y agilizar las identificaciones y las deportaciones de quienes que no tienen derecho a asilo.

Sin embargo, mar adentro tiene lugar una emergencia más acuciante para la que ni Italia ni ningún país europeo parece interesado en dar respuesta. Las muertes en el Mediterráneo central han aumentado considerablemente en el primer trimestre de 2023, según informó el miércoles la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) a través de su proyecto Missing Migrants.

“Estas muertes se han normalizado. La crisis humanitaria es intolerable”, dice el director de la OIM
En los tres primeros meses del año ha documentado la muerte o la desaparición de al menos 441 personas que intentaban alcanzar las costas italianas. Es casi un 27% más que en el mismo periodo de 2022 y, según la agencia de la ONU para las migraciones, es el trimestre con más muertes desde 2017. Entonces se contabilizaron 742 fallecidos y el año cerró con más de 2.850 víctimas.

Imágenes de pesquero con 440 personas socorrido por el Geo Barrents, el barco de rescate de Médicos Sin Fronteras en el Mediterráneo.
El rescate de 440 migrantes tras once horas en el Mediterráneo: “No entendemos cómo ese barco aguantó toda la noche”
JAIRO VARGAS MARTÍN

“La persistente crisis humanitaria en el Mediterráneo central es intolerable”, aseveró el director general de la OIM, António Vitorino, solo un día después de que Italia decretara el estado de emergencia por las llegadas. “Con más de 20.000 muertes registradas en esta ruta desde 2014, me temo que estas se han normalizado”, añadía.

Sin respuesta de los países europeos
El miércoles se conocía otro naufragio en aguas de Túnez en el que de momento se han recuperado una decena de cadáveres. La Guardia Costera tunecina informó del rescate de 76 personas y de que al menos otras 30 están desaparecidas.

“Los retrasos y los obstáculos a las operaciones de rescate están costando vidas humanas”
“Los Estados deben responder. Los retrasos y los obstáculos a las operaciones de rescate están costando vidas humanas”, dijo Vitorino en un comunicado en el que no mencionó explícitamente al gobierno italiano, aunque estaba clara la reprimenda
Las primeras medidas migratorias del Gobierno italiano han ido encaminadas a entorpecer las labores de rescate de las ONG, con un decreto que les impide realizar más de un rescate por misión bajo pena de multa e inmovilización del barco. También está autorizando los desembarcos de los rescatados en puertos muy alejados de las zonas de búsqueda y rescate, alargando varios días los plazos en los que una embarcación humanitaria puede reemprender su actividad.

Vitorino lamentaba los bloqueos temporales que Italia ha decretado recientemente contra los buques de la ONG Louise Michel y contra el Geo Barents, de Médicos Sin Fronteras. También ha condenado el incidente en el que se vio envuelto el buque Ocean Viking, de la ONG SOS Mediterranée. Los guardacostas libios efectuaron disparos al aire cuando el barco se acercaba a socorrer a una embarcación con 80 personas a bordo que, finalmente fueron devueltos a Libia.

Al menos 127 de las muertes se debieron a retrasos en los operativos de rescate, según la OIM, que advierte de que otros 73 fallecimientos se produjeron sin que los equipos de ningún país acudieran a rescatarlos. La organización investiga también varios casos de “naufragios invisibles”, embarcaciones que zarpan, pero no se tiene constancia de su llegada.
Más barcos con centenares de migrantes a bordo
Al mismo tiempo, aumenta la preocupación por la presencia cada vez más numerosa de grandes barcos con varios centenares de migrantes, con un alto riesgo de naufragio por sobrecarga. La mayoría zarpan de la costa Libia, desde la región de Cirenaica, para intentar evitar la zona más controlada de la ruta libia. Son travesías arriesgadas por mar abierto, con poca presencia de buques de ONG y muy alejadas de aguas las territoriales donde operan los equipos de rescate de los países.

Malta se niega sistemáticamente a enviar equipos de rescate a embarcaciones en peligro que cruzan sus aguas
Pero incluso cuando atraviesan aguas de Malta, este país se niega a movilizar sus efectivos de salvamento y delega la responsabilidad en buques mercantes cercanos para que asistan a las embarcaciones en apuros, aunque no da instrucciones a las ONG disponibles para que acudan al rescate.

El martes, una de estas embarcaciones, con 800 personas a bordo, fue asistida a más de 200 kilómetros al sureste de Sicilia por la guardia costera italiana con ayuda de un buque comercial. Otra embarcación similar con 400 personas pasó dos días a la deriva en aguas de Malta e Italia hasta que también fue asistida y conducida con éxito a puerto.

El 4 de abril, los equipos de Médicos Sin Fronteras culminaron otro complicado rescate de una embarcación con 440 personas a bordo. Fueron 11 largas horas en medio de un fuerte temporal que solo les permitía quedarse cerca de la embarcación. Cuando el mar se calmó pudieron comenzar el rescate y subirlos a bordo del Geo Barents.

“Salvar vidas en el mar es una obligación legal del Estado”, insiste director de la OIM, que exige de nuevo “una coordinación proactiva dirigida por los países en los esfuerzos de búsqueda y rescate”; una petición que lleva años sobre la mesa, pero a la que Bruselas no es capaz de responder.

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