El circo de Trump llega a Nueva York
Turistas y periodistas aguardan a pie firme la histórica imputación que tendrá lugar este martes del expresidente
Diario Vasco, , 04-04-2023Entre Central Park y Tiffany, pasando por la tienda de Apple, el tramo de la Quinta avenida que lleva a la Torre Trump es el pasillo perfecto para los turistas ávidos del glamour neoyorquino. Muchos cruzaron este lunes la calle al avistar un enjambre de cámaras, convencidos de que se llevarían en la retina a alguna ‘celebrity’.
«¿Quién está ahí?», preguntaba a la prensa Juan José García, un malagueño que pasa las vacaciones de Semana Santa con su familia en la Gran Manzana. Para su decepción, nadie que pudiera identificar. El airado manifestante con una camiseta de Trump era, en ese momento, la figura solitaria que perseguían cientos de periodistas, tan ávidos de alborotadores que corroborasen los titulares como los turistas de poder contar que habían visto alguna estrella. Estaba a punto de llegar Donald Trump, que este martes hará historia por ser el primer expresidente imputado en una causa penal. «Sí, sí, claro, eso lo sabemos explicaba su mujer. Lo ha dado toda la prensa».
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Dos italianas que participan esta semana en un congreso de la ONU no pudieron evitar sentirse aludidas ante los gritos antiinmigrantes del seguidor de Trump. «¿Y tú qué, te crees tan especial?», se le enfrentó Francesca Deste. Como los españoles, no tenía ni idea de lo que se iba a encontrar en el centro de aquel enjambre periodístico hasta que le picó la avispa. «¡Sacad de aquí a todos esos inmigrantes que están viviendo en hoteles de 400 dólares la noche a costa de nuestros impuestos!», gritaba John McGuigan, conocido ya por la prensa neoyorquina como el tipo «de los gays por Trump», que lo mismo protesta en el Village contra los Drag Queens que contra los inmigrantes en la Torre Trump.
El manifestante este lunes tuvo suerte, porque Juliet Germanotta, en paro por no haberse querido vacunar del covid, asegura, decidió acercarse «a ver lo que había y pasar el rato». Eso permitió al llanero solitario desmentir a la prensa. «¡A ver! ¿Dónde está ese que decía que aquí solo hay un seguidor de Trump? Gracias hermana, gracias, por presentarte».
En el estrambótico desfile que la Policía contenía con vallas metálicas aparecieron todavía otros dos personajes, Susan-Anne Miller, que dijo haber trabajado como documentalista en la Torre Trump y atesora una carta personal del expresidente, y su «amigo», Lido, portador de la bandera Trump 2024, que se autodenomina «luchador por la libertad». De los cuatro era el único que planeaba asistir este martes a la manifestación convocada por la congresista de Georgia Marjorie Taylor Greene, la única representante oficial de la doctrina conspiracionista de QAnon en el Congreso de EE UU.
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Su sola presencia le hacía barruntar problemas al alcalde Eric Adams, quien le advirtió públicamente que mientras esté en la ciudad «se comporte lo mejor que sepa». De lo contrario, se arriesgará a que la detenga alguno de los 45.000 policías en servicio que controlarán este martes el orden durante la primera imputación de un expresidente.
El alcalde dijo no tener noticia de ninguna amenaza concreta, pero no pensaba correr ningún riesgo. La sombra del asalto al Capitolio ronda a todas las fuerzas del orden en Estados Unidos, pero también a los seguidores de Trump. «No me asusta, ya me han detenido otras veces», responde Lido. Más comedidos, sus otros tres compañeros de lucha planeaban verlo por televisión.
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