El último pleno aprueba la ley foral contra el racismo y la xenofobia

Ha contado con el voto a favor de todos los grupos salvo el de Navarra Suma, que se ha abstenido

Diario de Noticias, , 31-03-2023

El pleno del Parlamento de Navarra ha aprobado este jueves con el voto a favor de todos los grupos salvo el de Navarra Suma que se ha abstenido la Ley Foral de lucha contra el racismo y la xenofobia, recibida con aplausos.

En la última sesión plenaria de la legislatura y con una representación en la tribuna de invitados de numerosos colectivos relacionados con ese tema, el consejero Eduardo Santos les ha agradecido a todos su presencia porque para ellos “está pensada la ley”.

“Profundamente orgulloso se un espacio europeo que obliga a legislar marcos cada vez más exigentes de protección a la ciudadanía”, ha defendido la protección de loa Derechos Humanos “como parte irrenunciable de nuestra identidad”

En Navarra, ha añadido, una sexta parte la de la población es migrante, 111.000 personas que son “esenciales” además en términos económicos y eso “obliga” a que sus condiciones de vida sean “exactamente las mismas” que para el resto de la ciudadanía porque “aquí no sobra nadie” y sin embargo tampoco tienen todavía una correlación suficiente de su representación.

Tras aludir a los “microrracismos cotidianos”, Santos ha subrayado el proceso participativo que se ha seguido para elaborar esta ley, ha criticado las posiciones conservadoras que se quedan en lo teórico cuando hacen falta normas que “hagan visible lo invisible”, y destacado la importancia de definir el racismo para marcar la línea de lo que no es tolerable y combatirlo con política activas.
“Hoy dignificamos nuestra instituciones”, ha aseverado Eduardo Santos, quien ha valorado también que la ley abarque todos los ámbitos de actividad y de la vida, tenga enfoque de genero, establezca mecanismos de protección, de reconocimiento y de reparación para el pueblo gitano y las personas negras esclavizadas, y apueste por la justicia restaurativa.

Y ha advertido de que el camino legal para luchar contra el racismo y la xenofobia comienza hoy pero necesitará del control y la vigilancia permanente.

“No hay mejor manera de terminar la legislatura que con una ley como esta”, ha dicho Virginia Magdaleno, del PSN, quien ha aplaudido una “Navarra de colores” y a la ley nacional para la igualdad de trato y no discriminación aprobada también en esta legislatura y a la que complementa ahora la ley foral llevando a Navarra “a los estándares más exigentes de protección en materia de Derechos Humanos”, algo que también “necesario para la cohesión”.

Según Magdaleno, esta es una ley que “viene a dar respuesta a una realidad muy dura e incontestable, la discriminación”, algo que “vamos a combatir” con ella, por lo que ha agradecido las aportaciones de asociaciones y grupos parlamentarios para evitar “la ausencia de valores éticos y morales”, para tener “justicia social” y construir una Navarra frente “al odio y quienes dividen” y comprometida con “una sociedad en la que quepamos todos”.

Blanca Regulez, de Geroa Bai, ha indicado que racismo y xenofobia adoptan formas distintas pero tienen siempre en común la discriminación y muchas veces el desprecio y la violación de los Derechos Humanos y las libertades fundamentales, por lo que ha hecho una defensa de la “convivencia democrática”.

Ha sostenido además que, si bien Navarra tiene un primer plan de atención a la población gitana de 2011, es necesario ir más allá tal y como pretende esta ley, pero se trata de “la semilla”, del “inicio de un trabajo que habrá que desarrollar de forma mucho más concreta la próxima legislatura”.

Por EH Bildu, Patricia Perales, ha apuntado que “la ley de extranjería es la mayor expresión de racismo”, por lo que ha instado el PSN a trabajar “para derogarla”, ha aseverado que en materia de discriminación la Constitución española “se incumple constantemente” y asegurado que con “un simple marco normativo no se va a erradicar” ni el racismo ni la xenofobia.

Ha lamentado además que esta ley “no sea más ambiciosa”, que tanga “menso compromiso” que la ley estatal, aunque “es mejor que nada”, y de hecho ha valorado la inclusión en ella del ámbito sociocomunitario.

Ainhoa Aznárez, de Podemos, ha señalado que antirracismo es reconocer los privilegios, estar dispuesto a romper con lo establecido o tener interés por conocer otras culturas, y “esta ley va de esto”, de tratar de evitar “conductas de discriminación, de odio e intolerancia” cuando hay una “radicalización de posiciones en el esfera pública”.

Ha abogado por ello por “un nuevo modelo, un nuevo marco de relaciones”, con medidas concretas para combatir estereotipos y prejuicios y con un trabajo que vaya “desde lo personal a lo común”.

Marisa de Simón, de I-E, ha hablado de “un racismos sistémico” en una sociedad que perpetúa y refuerza las barreras, por lo que ha defendido la escucha a las víctimas de la discriminación para tomar las medidas adecuadas.

Y ha indicado que la supremacía, los grupos que se consideran superiores, y el ansia de poder, generalmente económico y de dominación, han sido los intereses que han generado los abusos, el rechazo al diferente y la intolerancia, “una discriminación clasista” que requiere de “un cambio transformador”.

En el turno en contra, el portavoz de Navarra Suma, Jorge Esparza, ha anunciado la abstención de su grupo con una ley que “lo mejor que tiene” es el título, una ley de “palabras vacías y declaraciones de intenciones”, que no incluye “más del 65%” de las aportaciones presentadas por los distintos colectivos, que es “una chapuza, un despropósito e indigna de esta Cámara” y que de haber tenido una votación secreta “no tendría ni un voto a favor”.

Esparza ha destacado además que la ley, a la que se presentaron más de 50 enmiendas, 43 firmadas por su grupo cuando hubiera sido “más cómodo dedicarle poco tiempo”, no atiende a la realidad, se ha “privatizado” su elaboración “pagando casi 20.000 euros” y habla de “personas racializadas”, “ni una sola” en el departamento del consejero Santos.

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