Jorge Hernández no tenía mucha idea sobre dónde quedaba Pontevedra ni qué le aguardaba aquí cuando llegó a España por vía aérea en el año 2000. Este colombiano tenía la ventaja de que parte de sus hermanos residen en Galicia desde hace tiempo. Con un trabajo, una familia y una mujer que estaba acabando sus estudios universitarios, no se planteaba emigrar. El 10 de diciembre del 2000, justamente la fecha de cumpleaños de su esposa, le dieron la carta de despido de su empresa y todo cambió radicalmente.


«Tenía el dinero de la liquidación y pensé en qué iba a hacer en Colombia, que tenía el índice más alto de desempleo de su historia», apunta Hernández. Y ya no se volvió a hacer el sordo a las llamadas de sus hermanos para venir a Galicia: «La decisión fue muy rápida. Cerré los ojos y me vine».


El primer año no fue fácil, sobre todo por la lejanía de su mujer y sus hijos. Lilian Bayona, su esposa, pudo reunirse con él en el 2001 con sus dos descendientes. El trabajo tampoco fue cosa fácil. Hernández comenzó como peón en una empresa en Caldas. Después consiguió desempeñar los puestos de peón y gruista en sucesivos trabajos de la construcción. Ahora se mantiene vinculado a este sector, si bien espera poder conseguir un contrato más estable y no por obra.


El paso del tiempo ha hecho que la nostalgia disminuya, pero Lilian cree que no podrán olvidar su país natal. Su marido también opina lo mismo, aunque ahora emplee una expresión completamente gallega para manifestar ese sentimiento: morriña.


A la hora de hacer balance de estos años en Galicia, ambos son optimistas. Jorge apunta: «Hemos logrado, después de idas y venidas, alguna estabilidad, aunque no la total que deseamos. Nuestros hijos están a gusto, adaptados al entorno y estamos bien».


La vida en Marín cumple también uno de sus anhelos: vivir en la costa. «En Colombia residíamos a 600 kilómetros del litoral y estar al lado del mar es un lujo que pocos podríamos soñar», indica. Asimismo, resalta el buen carácter de sus vecinos marinenses: «En nuestra ciudad de Colombia se tiene la idea de que los gallegos son algo toscos, pero nuestra experiencia dice lo contrario. Nuestros vecinos han sido amables y nos han brindado su amistad y apoyo. Esto nos hace sentir que no estamos solos», concluye.




DNI


Nombre. Jorge Eliécer Hernández Beltrán. Nació en Yondó (Colombia) hace 44 años.


Estudios. Cursó los iniciales de Ingeniería Eléctrica en su país natal. Ahora realiza estudios del ciclo superior de formación profesional en Pontevedra.


Trabajo. Desde su llegada a España ha estado en el sector de la construcción, en varias empresas.




SU ILUSIÓN


Un negocio propio. Con casi toda la familia en España, Jorge Hernández sueña con poder tener un negocio propio. Para esto cuenta con el respaldo de su mujer, que está realizando estudios de administración de empresas para sacarlo adelante, si la oportunidad aparece. Él busca una empresa que le dé seguridad y mejorar en su nivel académico.




SU TEMOR


La lucha por un trabajo más estable. Jorge Hernández considera que su principal inquietud es poder lograr un trabajo con una situación económica estable. Precisa que ha tenido varios empleos, pero que los horarios tampoco le permitieron superar su nivel académico alcanzado en Colombia. Su temor sería que esta mejora se retrasase de una forma excesiva.