Parece que el individualismo ha llegado para quedarse en los países ricos o no sé si llamarlos países caros, como el nuestro. Cada vez tenemos menos tiempo para lo verdaderamente importante. De tanto cuidarnos a nosotros mismos, hemos descuidado el compromiso con los demás, el cuidado de nuestros mayores, el servicio a la comunidad, los trabajos a pie de calle… Y resulta que personas emprendedoras, con grandes necesidades, con traumas impresionantes, viene a llenar el vacío de la soledad de las personas mayores, de trabajos despreciados, de plazas públicas en desuso y de la falta de natalidad, por tener que vivir una vida consumista plena. Bienvenidos inmigrantes por llenar el hueco de nuestra dignidad y muchísimas gracias por no caérseles los anillos en hacer lo que nosotros no sabemos, no queremos o no podemos hacer.