Editorial

La BBC y el ‘caso Lineker’

La reincorporación del comentarista deportivo ratifica que la independencia informativa es una pelea cotidiana

El País, , 20-03-2023

La dirección de la BBC ha tenido que buscar aceleradamente una salida honrosa al desastre para su reputación e imagen de independencia que ha supuesto el caso Lineker. El director general de la corporación pública británica, Tim Davie, decidió suspender al exfutbolista y estrella mediática de su puesto de presentador del popular programa deportivo Match of the Day. Gary Lineker, que en los últimos años se había convertido en la bestia negra de muchos políticos conservadores por sus comentarios en redes sociales contrarios al Brexit y al endurecimiento de las políticas migratorias, se expresó de modo crítico la semana pasada contra la decisión del Gobierno de Rishi Sunak de negar el derecho a solicitar asilo a los inmigrantes irregulares que llegan en patera a las costas inglesas.

Davie, con fuertes vínculos con el Partido Conservador y obsesionado con preservar la imagen de imparcialidad de la BBC, impuso hace dos años a sus periodistas la prohibición de expresar sus opiniones en las redes sociales. Pero Lineker funciona con un contrato de colaboración y tampoco está incorporado al área de “noticias y asuntos de actualidad”. Así que los actuales responsables de la corporación persiguieron también que alguien con la popularidad de Lineker —casi nueve millones de seguidores en Twitter— pudiera ser atado en corto. La recomendación de que los colaboradores “evitaran posicionarse en asuntos de política de partido o en controversias políticas” llegó a bautizarse, entre los trabajadores del ente, como “cláusula Lineker”.

Davie quiso imponer a Lineker un correctivo y acabó dándose un tiro en el pie. La rebelión de la inmensa mayoría de periodistas y colaboradores de la redacción de deportes de la BBC vació prácticamente de contenido la programación del fin de semana. Miles de aficionados expresaron su irritación y mostraron su apoyo al exfutbolista y su rechazo a unas medidas de política migratoria de una crueldad innecesaria. La decisión se convirtió en un debate político nacional de una dimensión inesperada y el propio Sunak tomó distancias del caso.

La BBC ha reincorporado al presentador, pidió disculpas y se comprometió a revisar sus reglas sobre el uso de las redes sociales. Pero la tormenta desatada ha revelado la debilidad de una institución que hace décadas llegó a ser tan respetada como la propia Monarquía. La aparición de nuevas plataformas de contenido digital, los recortes impuestos a su plantilla e infraestructura territorial, y la amenaza constante del Ejecutivo conservador de reducir su fuente de financiación —la tasa anual que pagan todos los usuarios— han puesto contra las cuerdas a la corporación. Su redacción respondió con una cobertura informativa impecable del asunto en torno a Lineker, y demostró que la independencia y la libertad de información son, hoy más que nunca, conquistas diarias y no logros garantizados.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)