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Los temporeros que cargaban bellotas de hachís de Córdoba a Vigo

Dos acusados de trasladar 3,4 kilos de droga oculta en una maleta del coche se enfretan a cuatro años de cárcel

La Voz de Galicia, E.V. Pita, 16-03-2023

En Andalucía, la campaña de recogida de la cosecha termina en septiembre y dos temporeros marroquíes compartieron gastos para subir en un Seat León desde Córdoba al Norte para buscar trabajo en el campo. Al llegar a Vigo, la policía descubrió que en una maleta llevaban ocultos 3,4 kilos de hachís. Uno de los acusados pidió ayer disculpas en un juicio en Vigo por la odisea que hizo vivir a su otro compañero de viaje, al que exculpó, y se declaró el único culpable de transportar el alijo. La Fiscalía pidió a la jueza que no le crea y condene a ambos a cuatro años de cárcel por un delito contra la salud.

Los dos temporeros fueron juzgados ayer por, supuestamente, trasladar en un coche un alijo de 3,4 kilos de hachís desde Córdoba a Vigo. El alijo, compuesto de 315 bellotas de hachís y valorado en 21.800 euros, iba repartido en cuatro bolsas que estaban ocultas en el doble fondo de una maleta, guardada en el maletero. Un coche camuflado de la Policía Nacional hacía una vigilancia en un punto negro de la avenida del Aeropuerto de Vigo el 21 de septiembre del 2019 cuando a las cinco de la madrugada vio llegar un Seat León y lo paró. Al registrar el maletero, descubrieron la droga y dos armas blancas y detuvieron a ambos.

Los dos acusados están en prisión provisional y afrontan cuatro años de cárcel por tráfico de drogas. Uno de ellos es inmigrante ilegal y el otro fue condenado en el 2022 en Córdoba a 3 años de cárcel por tráfico de drogas.

El juicio se celebró ayer en el Juzgado de lo Penal número 3 de Vigo. Uno de los acusados se declaró culpable y exculpó a su compañero y le pidió disculpas.

Este último insistió en su inocencia y asegura que no sabía que su compañero de viaje, al que había conocido dos días antes en un bar de copas de Córdoba, llevaba un alijo en su maleta. Alegó que él se dirigía al centro de Vigo para visitar a sobrinos y familiares. Niega que llevase armas, «solo unas tijeras para podar», y se quejó de que la policía «me pegó». El otro implicado, que confesó el delito, aseguró que él viajó a Vigo «para vender y consumir droga y para trabajar en el campo. Me dijeron que en el Norte es más fácil encontrar trabajo».

Ambos fueron traducidos por una intérprete. La jueza le dijo a la traductora que le preguntase a un acusado de qué se estaba riendo, si no le parecía serio el juicio. El implicado respondió: «Perdone, yo soy así es mi forma de ser».

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