Perfil de la interna en el CIE de Aluche: Prostituta, latina y con familia a cargo

El Diario, , 16-03-2023

Madrid, 16 mar (EFE). – El perfil de las 62 mujeres que ingresaron durante 2021 y 2022 en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Aluche, en Madrid, responde principalmente al de trabajadoras sexuales, procedentes en su mayoría de países de América Latina, con familiares a su cargo y que llevaban más de 6 años en España.

Es la radiografía que plasma la organización Mundo en Movimiento en su informe “Represión y encierro. Análisis interseccional de la violencia en el internamiento de personas extranjeras”, elaborado a raíz del acompañamiento que prestan como entidad acreditada por el Ministerio del Interior para visitar a los internos en el CIE de Aluche.

En concreto, han analizado el procedimiento de expulsión e internamiento de las 62 internas en el módulo de mujeres del centro (había 915 hombres) y acompañado la denuncia de los abusos que han sufrido algunas de ellas durante su detención, internamiento en el CIE y posterior deportación o liberación.

El motivo del internamiento del 69 % de todas ellas fue únicamente hallarse en situación administrativa irregular, el 90 % desempeñaba una actividad económica, al menos dos tercios tenían familiares a su cargo y la mayoría procedían de países de América Latina (65 %) y de Europa del Este (19 %).

En concreto, detalla el informe, el 53 % de las migrantes se dedicaban al trabajo sexual, el 19 % eran empleadas del hogar y los cuidados, un 8 % se dedicaba a la venta ambulante y un 5 % eran jornaleras. Tan solo un 8 % estaban desempleadas cuando fueron internadas y un 5 % se encontraban en situación de calle y sin hogar.

Para la ONG, el hecho de que más de la mitad de las internas fueran prostitutas “ya es en sí suficientemente ilustrativo acerca de quién está en el punto de mira del Estado para ser internada y deportada”. También lo pone de manifiesto que de las 11 mujeres que tenían una orden de expulsión preferente, 8 eran trabajadoras sexuales, 2 jornaleras y una cuidadora.

EL 68 % DE LAS INTERNAS AFIRMA HABER SUFRIDO VIOLENCIA EN EL CIE

Al menos el 68 % de las mujeres relató que durante su estancia en el CIE sufrió violencia – referida tanto a malos tratos (trato degradante o vejatorio, negación de derechos o denegación de asistencia) como a agresiones físicas y psicológicas – .

Todas las mujeres que no eran heterosexuales o cis manifestaron haber recibido un trato vejatorio por este motivo. Además, por lo menos el 58 % admitió haber sufrido violencia de género en su país de origen, el 35 % durante el tránsito migratorio y el 37 % en España antes de ser encerradas en el CIE.

En cuanto a su salud, el informe indica que al menos el 45 % tenía problemas de salud mental diagnosticados antes de su internamiento y por lo menos el 79 % confirma que el encierro tuvo efectos negativos sobre su estado.

Para la organización, los datos sobre protección internacional demuestran que “el Estado no había considerado las realidades vitales” de las mujeres antes de internarlas y la pertinencia de reforzar el acceso al procedimiento: al menos 38 pidieron asilo desde el CIE, de ellas, 14 fueron admitidas a trámite, 21 denegadas y 3 no se llegaron a instruir.

“Las catorce mujeres cuyas solicitudes fueron admitidas fueron puestas en libertad, pero el Estado, lejos de reconocer proactivamente su error al haberlas encerrado o de repararlas por el perjuicio que les ha causado al privarlas de libertad sin haber tenido en cuenta sus circunstancias vitales, simplemente les pone en la puerta y se desentiende”, reprocha el informe.

Más de dos tercios de las mujeres internas en 2021 y 2022 fueron liberadas (68 %) y el tiempo medio de internamiento fue de 26 días.

A pesar de que el ingreso en un CIE es una medida cautelar extraordinaria que no puede aplicarse en determinadas situaciones de acuerdo con la ley, la ONG recoge varios casos de mujeres que “jamás debieron ser internadas”: una víctima de violencia de género en España con una menor a cargo, dos víctimas de trata, dos mujeres con menores lactantes y una en un tratamiento de fecundación in vitro, entre otras.

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