Rumí asegura que Marruecos nunca ha utilizado la inmigración como arma de presión

La secretaria de Estado de Inmigración alaba la colaboración de Rabat

Diario Sur, 30-07-2006

La secretaria de Estado de Inmigración y Emigración, Consuelo Rumí, ha asegurado que desde que ha ocupado este cargo Marruecos no ha utilizado la inmigración como arma de presión, ni siquiera el verano y el otoño pasados, cuando cientos de inmigrantes asaltaron los perímetros fronterizos de Ceuta y Melilla. En una entrevista concedida a Colpisa, Rumí deja claro que si antes «nadie daba un duro por la cooperación con Marruecos» hoy ésta es «un ejemplo» en Europa.

En opinión de la secretaria de Estado, ha habido un salto importante, pues «con el Gobierno del PP había nula cooperación», mientras que ahora «las relaciones son mucho mejores, como prueba el hecho de que la presión migratoria se ha desplazado a los países subsaharianos».

Pero, ¿es suficiente lo que hacen las autoridades del país vecino? «Nunca son suficientes los esfuerzos cuando se habla de inmigración irregular», declaró.

En cuanto a las responsabilidades que el Gobierno puede exigir a Marruecos, la secretaria de Estado no quiso entrar en este asunto. «Nosotros somos responsables de nuestras acciones de Gobierno y España cumple escrupulosamente con los derechos humanos. No voy a hablar de las responsabilidades de otros países», zanjó.

Al margen de esto, Rumí subrayó que «la promesa» del Gobierno con respecto a la inmigración clandestina es «contundente: todas las personas que llegan de manera irregular a España antes o después serán expulsadas». No obstante, reconoció que repatriar a los inmigrantes subsaharianos es «muy difícil». De momento, el Ejecutivo quiere cerrar protocolos con Mauritania y Senegal para que acepten a sus nacionales y a cualquier irregular que parta de sus costas.

Por último, manifestó que en lugar de solidarizarse con nuestro país la Unión Europea, es «España la que está siendo solidaria con el resto de Europa». En opinión de Rumí, «la UE tiene que interiorizar que los inmigrantes que viajan en cayucos a Canarias o asaltan las vallas de Ceuta y Melilla no se juegan la vida sólo por venir a España, sino por entrar en Europa». O dicho de otro modo: Los Veinticinco tienen que ser «más consciente de que la inmigración es una cuestión de todos los países» porque «lo que ocurre en un país afecta a todos».

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