El senegalés que rescató a una niña ya tiene papeles
La subdelegada del Gobierno en Alicante firmó ayer el permiso de residencia de Alou para trabajar en España
La Verdad, 29-07-2006«Ya soy español», exclama feliz Alou. Hace una semana que la Subdelegación del Gobierno se había comprometido a darle los papeles, pero ayer las promesas se hicieron realidad. Alou, el senegalés indocumentado que la pasada semana arriesgó su estatus en este país por rescatar a una niña herida por un pez en la playa de San Juan, en Alicante, tiene en sus manos el permiso de residencia temporal que le permite vivir y trabajar en España de forma legal.
La subdelegada del Gobierno, Etelvina Andreu recibe el agradecimiento de Alou con humildad. «Para mí es un placer estar aquí ahora firmando un permiso de residencia, normalmente no me puedo dar muchas satisfacciones porque lo que firmo son muchas expulsiones», afirma. «Con las expulsiones sabes que estás cumpliendo con tu obligación y aplicando la ley, pero siempre te planteas la historia vital que habrá detrás de esas personas».
Guarda un buen recuerdo del proceso de normalización del año pasado. «A las diez primeras personas que consiguieron regularizar su situación las llamé yo en persona», recuerda y añade que también es ella la que revisa los procesos de renovación de los permisos, pero admite que «no dan tanta satisfacción porque son más automáticos, no se palpa tanto la alegría en los que lo reciben».
Lectura y firma
La subdelegada lee y firma el permiso de residencia y de trabajo temporal. En él se recoge que «ha quedado acreditado que el ciudadano extranjero solicitante tuvo un comportamiento ejemplar el pasado día 13 de julio del 2006, socorriendo a una menor en grave peligro» y que «este hecho ha generado una reacción social de reconocimiento a dicha actuación de carácter excepcional». Alude después a los fundamentos de derecho en los que se basa, (artículo 31.3 del Reglamento de Extranjería).
Alou no puede evitar las lágrimas. Ya está todo hecho. Tiene en sus manos el pasaporte hacia la libertad. La posibilidad de vivir tranquilo y dejar de esconderse. Sólo acierta a decir que está «muy contento» y «muchas, muchas gracias a todos».
Es el momento más emocionante desde que tuvo la oportunidad de reencontrarse con Lucía, el final de un camino y el principio de otro. El instante en el que su vida cambia para siempre.
A la salida todos lo abrazan. Es muy bonito para los que han compartido con él el camino poder compartir también la alegría de un sueño cumplido.
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