Moralmente es como vivir un sueño, vienes de suspender todo, de ni querer entrar a clase a venir aquí con ganas de aprender y estudiar», dice Ekain Fernández, alumno de 2º de Electricidad y Electrónica en La Salle Berrozpe de Andoain. Su compañero Martín Garmendia asiente mientras le escucha. «He pasado de estar todo el día con movidas por las notas y sin ganas de hacer nada, a disfrutar de lo que estoy estudiando, y no me voy a quedar en esto, voy a seguir formándome».

Los dos forman parte de los 2.200 alumnos que están cursando Formación Profesional Básica bajo el paraguas de Hetel (asociación de centros de FP de iniciativa social Abantean de Euskadi). Su historia de reciente éxito académico en la FP Básica es muy parecida a la de muchos de sus compañeros a lo que el paso por educación Secundaria se convirtió en un calvario de exámenes sin superar, lecciones sin interés alguno e incluso la repetición de algún curso. Y lo que es peor, con una autoestima dañada y un ambiente familiar condicionado por los malos resultados académicos. «Imagínate cómo estaba en casa», cuenta Ekain. «Broncas por las malas notas, te sientes mal porque nada encaja contigo», cuenta. «Hasta que vine aquí y me levanto con ganas de ir a clase».

Amets Mujika trabaja con una motocicleta en el taller mecánico de su centro.
Amets Mujika trabaja con una motocicleta en el taller mecánico de su centro. / IÑIGO ROYO

Amets Mujika | Estudiante de Electromecánica
«Te da fuerza sacar buenas notas. Me gustaría compaginar un trabajo con seguir mis estudios de Grado Medio»
Los datos de empleabilidad avalan la labor que se hace en estos centros. En el último informe de Hetel publicado este mes, el 53% de los estudiantes de FP Básica formados en sus centros consigue un empleo seis meses después de terminar sus estudios, un porcentaje que se eleva a un 70% si realizan formación dual. Además cifra en un 60% el número de estudiantes que tras el primer ciclo deciden cursar un Grado Medio, como Ekain o Martín.

«El mayor éxito para un profesor de la FP Básica es que un alumno decida seguir estudiando», asegura Eguzkiñe Plazaola, profesora de Goierriko Eskola Ordizia. En este sentido el presidente de la asociación, Julen Elgeta, afirma que estos datos «demuestran que el ciclo formativo básico les ayuda a abrirse un hueco en el mercado laboral».

Ekain Fernández y Martin Garmendia comparten la intención de continuar sus estudios con un Grado Medio.
Ekain Fernández y Martin Garmendia comparten la intención de continuar sus estudios con un Grado Medio. / DE LA HERA

Martín Garmendia y Ekain Fernández | Estudiantes de Electricidad
«Los estudios son más dinámicos, más prácticos. También tenemos que estudiar teoría, pero es todo más llevadero»
«Es una gozada ver a las familias cómo comprueban que la vida académica de sus hijos se va encarrilando», manifiesta Plazaola. «Y en ellos mismos. Vemos cómo muchos han sufrido durante su paso por la ESO y aquí ven que tienen futuro». ¿Cuál es la clave? «La práctica, se aprende haciendo».

Esas clases prácticas son las que han hecho que Martín y Ekain vean sus estudios de otra manera. «Nos toca también hacer teoría, pero entiendo para qué. Esto es todo más dinámico, más llevadero que en el colegio. Encuentro sentido a lo que me piden estudiar», describe. «Además, las clases son más pequeñas, podemos preguntar con mayor facilidad al profesor, son más cercanos». Para Ekain descubrir la FP ha sido un antes y después. «Me sentía aislado en la ESO, todo era a través de los libros, y aquí desde que me cogieron estoy mucho mejor».

Saray Ramírez siempre tuvo claro que su futuro estaría ligado a la cocina
Saray Ramírez siempre tuvo claro que su futuro estaría ligado a la cocina / ROYO

SARAY RAMÍREZ | ESTUDIANTE DE COCINA
«Me gustaría que se pusieran en valor estos estudios. Me gusta lo que hago, seguiré estudiando, sueño con mi restaurante»
Con la FP Básica tiene, en ocasiones, una mochila de prejuicios que le cuesta quitarse de encima. «A mi madre no le hacía mucha gracia, pensaba que aquí solo iba gente que no tenía futuro, y mira, se ha dado cuenta de que yo me he encontrado con mi porvenir», explica Ekain.

Saray Ramírez y Yok Larrea son compañeras en 2º grado de Cocina de Goierri Eskola Ordizia. Saray tenía claro que su futuro pasaba por esta especialidad. «Desde pequeña me ha gustado cocinar y a los 15 años la edad mínima para poder acceder a la FP Básica le dije a mi madre que dejaba la ESO y me pasaba aquí», relata. Su sueño es abrir su propio restaurante, tiene claro que sus estudios continuarán primero con un Grado Medio y luego con un Grado Superior. «Voy feliz a clase, lo que más me gusta es la repostería», declara. «Me gustaría que se pusiera en valor estos estudios».

Yok Larrea ha descubierto que le apasiona el mundo de la gastronomía.
Yok Larrea ha descubierto que le apasiona el mundo de la gastronomía. / ROYO

YOK LARREA | ESTUDIANTE DE COCINA
«En la ESO pasé una etapa rebelde. Cuando digo en casa que quiero seguir estudiando casi ni se lo creen. Estoy feliz»
Yok eligió Cocina porque era lo que «más me gustaba aunque no lo tenía claro», confiesa. Define su paso por la ESO como «una etapa rebelde» de la que cuenta poco porque «se me hacía complicado». Ha descubierto que manipular alimentos le gusta y se le da bien, quiere seguir estudiando. «Me gustaría trabajar, pero no quiero dejar de estudiar. Cuando lo digo en casa casi no se lo creen porque no quería saber nada de los estudios y mira ahora, haciendo planes de con qué seguir», se sorprende a sí misma. Tiene claro que el éxito de su cambio académico se debe a que «te enseñan de otra manera. Me encanta el taller».

Su compañero de centro, Amets Mujika, que está en el ciclo de Electromecánica, quiere, una vez termine estos dos años de formación compaginar trabajo con estudios. «No descarto buscar un empleo pero no me quiero quedar solo ahí, seguiré estudiando».

2.200
alumnos están matriculados en centro de FP Básica en Hetel, el 45% del total de Euskadi

Perfil de estudiante
La FP Básica es fundamental para conseguir que estudiantes que no han terminado sus estudios o no estén escolarizados continúen ligados al sistema educativo. «Se convierte en muchas ocasiones en la tabla de salvación a la que aferrarse para encaminar su itinerario educativo, personal y profesional», reconoce el presidente de Hetel, Julen Elgeta.

La diversidad es la característica principal de los jóvenes que se forman en centros vinculados a esta asociación, en la que estudian el 45% del total de alumnos de la FP de Grado Básico del País Vasco. Enseñan una profesión a jóvenes de entre 15 y 26 años, el 17% no está escolarizado anteriormente en la ESO y un 17% no está alfabetizado en euskera y castellano. Además, un 19% no cuenta con recursos digitales suficientes para la formación presencial, un 11,9% tiene una discapacidad reconocida, un 4,7% tiene medidas judiciales y un 17% es atendido por servicios sociales. Además, el 33% del alumnado es inmigrante de 40 países diferentes.