Los policías detenidos en Málaga humillaban a las internas que no accedían a sus deseos

El Mundo, 29-07-2006

A las complacientes les regalaban perfiladores de ojos, barras de labios y perfumes de marca Los policías implicados en los presuntos abusos sexuales contra inmigrantes internas en el Centro de Internamiento para Extranjeros (CIE) de Málaga premiaban a aquéllas que participaban en sus fiestas y accedían a sus deseos libidinosos. Por el contrario castigaban, insultaban y despreciaban a aquéllas otras que se negaban a mantener con ellos relaciones sexuales, según el relato de los hechos incluido en las diligencias policiales efectuadas por la Brigada de Extranjería de la Policía Nacional, que obra ya en el expediente judicial relativo al caso.


En las mencionadas diligencias policiales, a las que ha tenido acceso EL MUNDO, se refiere cómo las internas recibían «obsequios y atenciones especiales» a cambio de su participación en las fiestas organizadas por los policías del turno de noche investigado y de su consentimiento a la hora de mantener relaciones sexuales.


Entre los regalos entregados por las mujeres que han testificado en contra de los policías, y que se encuentran también en poder de la jueza instructora, figuran frascos de perfume Dolce & Gabbana, lápices perfiladores de ojos de L’Oreal o barras de labios de la marca Bourjois.


Amenazas e insultos


En cuanto a las internas que no concedieron sus favores a los agentes, el informe de la Brigada de Extranjería recoge varios testimonios que narran cómo se las sometió a «comentarios despectivos» o cómo las amenazaron con pegarlas con la porra si se asomaban a las ventanas.


Uno de los policías detenidos, apodado Willy y que permanece en prisión, llegaba incluso a golpear objetos cuando pasaba junto a alguna de las inmigrantes que no había accedido a los tocamientos o a mantener relaciones con él o con algún otro de los participantes en las celebraciones. Las fiestas, de las que la Policía detalla fechas, horas y desarrollo, tuvieron lugar al menos en cuatro ocasiones: las noches de los días 3, 8, 13 y 18 de julio pasados, entre la 1.00 y las 5.00 horas de la madrugada.


En ellas, los agentes cenaron con algunas de las internas seleccionadas previamente por ellos mismos. A continuación, las invitaron a ingerir bebidas alcohólicas que mantenían guardadas en un armario del cuarto de consigna y, posteriormente, les efectuaron tocamientos y proposiciones. Después, mantuvieron relaciones con aquéllas que prestaban su consentimiento, siempre según la versión que obra en las diligencias llevadas a cabo por la propia Policía Nacional.


La distracción de los agentes, a los que se unía una pareja de policías destinados en un coche patrulla zeta de la brigada de Seguridad Ciudadana, era conocida por el resto de los internos del centro y fue aprovechada por un grupo de inmigrantes de sexo masculino la noche del 13 de julio para intentar evadirse, aunque la fuga quedó abortada al percatarse algunos de los agentes.


Lejos de amedrentarse, cuatro días después los policías organizaban un nuevo sarao, antes del cual el agente apodado Willy advirtió y «amenazó» a las mujeres que no asistían para que no se repitiera el intento de evasión, e incluso encerró «a todas las rumanas en una celda».


Entre los policías que participaban en las veladas figuraban especialmente tres, que coinciden con los agentes encarcelados por orden de la juez, mientras que el jefe del turno de noche en el que se produjeron los hechos habría permanecido al margen, a pesar de ser conocedor de lo que estaba ocurriendo.


La magistrada ordenó la pasada semana que el responsable del grupo quedara en libertad junto con otros tres agentes más, pero acusado de omisión en el deber de perseguir delitos.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)