La separación forzada de la familia Fakhree

A Ciudad Real, Reus, Barcelona, País Vasco y Hamburgo: una gran familia de refugiados afganos que llegó a Catalunya en diciembre del 2021 lamenta que el programa estatal de acogida no los haya mantenido unidos

La Vanguardia, ROSA M. BOSCH, 08-02-2023

Feroza, ginecóloga; su madre, Masuoda, y su padre, Abdul Saboor, en Ciudad Real. Marhuma, licenciada en Matemáticas; Shabina, en Literatura; Nooria, en Medicina, y sus respectivas parejas, en Hamburgo. Rawzia, economista, y su marido, en Reus. Y Mohammad, titulado en Administración Pública, su mujer y sus dos hijos, en Barcelona. La gran familia Fakhree, formada por los padres, sus cinco hijas y un hijo, sus yernos, su nuera y nietos, huyó de su país, Afganistán, y aterrizó, en diciembre del 2021, en El Prat para pedir protección internacional en España. Durante unos meses, permanecieron juntos en un centro para personas refugiadas gestionado por Cruz Roja, en Barcelona. Pero cuando iniciaron la primera fase del programa estatal de acogida fueron desplazados a diferentes ciudades en función de la disponibilidad de plazas. Su deseo de seguir juntos en España se diluyó.
Tal como explica Gerard Català, abogado del área de protección internacional de Cruz Roja, “debería mantenerse la unidad familiar pero como no hay suficientes plazas es prácticamente inviable. El sistema está muy saturado, faltan recursos”. La estructura diseñada para apoyar a los solicitantes de asilo prevé que a su llegada a España permanezcan unas pocas semanas en un centro residencial donde inician la denominada fase cero. En esta etapa inicial, Cruz Roja los entrevista y elabora un informe de cada persona que remite al Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones para que decida en qué destino desarrollarán la fase 1 de dicho programa de acogida. Las carencias del sistema se han hecho evidentes en el caso de la familia Fakhree cuyos integrantes fueron separados. Además, en lugar de unas pocas semanas permanecieron entre cinco y siete meses en la fase 0 sin poder formarse ni aprender un nuevo idioma que les facilite las cosas para optar a un trabajo, lamenta Mohammad, el mayor de los hermanos. “A veces, por el gran tamaño de las unidades familiares y para poder seguir bien los itinerarios se tiene que recurrir a recursos que están adaptados para un menor número de personas”, justifica Inclusión.

La red de voluntarios People Help, que ayudó a los Fakhree a obtener los visados a España, se suma a las reivindicaciones de los Fakhree.

El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones es el responsable del programa de acogida
Familia Fakhree
La familia casi al completo en el centro de primera acogida de Barcelona CÉSAR RANGEL
Nosotros somos los únicos que nos quedamos en Barcelona, a unos los enviaron a Ciudad Real, a otros a Reus y al País Vasco
Mohammad Fakhree
Hermano mayor de la familia Fakhree
“Nosotros somos los únicos que nos quedamos en Barcelona, a unos los enviaron a Ciudad Real, a otros a Reus y al País Vasco”, añade Mohammad, que al igual que sus padres y hermanas ha visto aprobada su petición de protección internacional. La falta de oportunidades, las pocas expectativas de labrarse aquí un futuro, llevaron a tres de sus hermanas, Nooria, Marhuma y Shabina, y a su parejas a marchar a Alemania. Desde Hamburgo, el periodista Feridoon Aryan, el marido de Nooria, muestra su desazón por el desmembramiento familiar. “Dejar España fue una decisión difícil, pero era imposible encontrar un trabajo. El 90% de los afganos quieren irse de España por falta de apoyo, el proceso de asilo es extremadamente lento”, comenta Aryan, que ha podido firmar en Alemania un contrato laboral con Unicef.

Dejar España fue una decisión difícil, pero era imposible encontrar un trabajo. El 90% de los afganos quieren irse de España por falta de apoyo, el proceso de asilo es extremadamente lento
Feridoon Aryan
Miembro de la familia que ha marchado a Alemania
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El difícil reto de homologar los títulos
Feroza, la hermana pequeña, ha aparcado su sueño de ejercer de ginecóloga, como hacía en Kabul, y aspira a un empleo de peluquera
La desesperación es mayor al ver que difícilmente podrán ejercer las profesiones que tenían anteriormente debido a la dificultad para homologar los títulos. Feroza, la hermana pequeña que vive con sus padres en Ciudad Real, ha aparcado su sueño de ejercer de ginecóloga, como hacía en Kabul, y aspira a un empleo de peluquera. Y la prioridad de Mohammad es reunirse con Feroza y sus padres, sea en Barcelona o en la localidad manchega. Agradece poder haber viajado a España pero deplora la organización del sistema de acogida que, según su propia experiencia, no facilita ni el aprendizaje de la lengua, ni la preparación para tener un trabajo ni para la búsqueda de un piso. Demasiados obstáculos para la integración. De los 16 miembros de los Fakhree a su llegada a Catalunya se ha pasado a 17 con el reciente nacimiento en Barcelona del segundo hijo de Mohammad

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