La mitad de los abortos legales de España se practican a mujeres inmigrantes
ABC, 28-07-2006N. RAMÍREZ DE CASTRO
MADRID. El número de interrupciones voluntarias del embarazo no ha dejado de crecer en España desde 1995, cuando comenzaron a registrarse los abortos legales. En los últimos diez años el número de interrupciones casi se ha duplicado; sólo en 2004 se produjeron 84.985 abortos, prácticamente un aborto por cada cinco nacimientos.
Las campañas de educación sexual y el acceso más sencillo a métodos anticonceptivos no han conseguido romper un ascenso imparable que desde 1997 es preocupante en las chicas de entre 15 y 25 años. La respuesta a esta paradoja está en la explosión de población inmigrante que se vive en España. Un estudio sobre anticonceptivos e interrupción de la gestación elaborado por el Ministerio de Sanidad estima que entre el 40 y el 50% de los abortos practicados en nuestro país corresponden a mujeres no españolas, «con una representación importante de las menores de 25 años», explicó ayer la ministra Elena Salgado durante su presentación.
Mientras las tasas de interrupciones entre las mujeres españolas han permanecido constantes en los últimos diez años (6 por 1000), entre las inmigrantes se han multiplicado por cinco (hasta 30 por 1000). En el grupo de las más jóvenes, las de menos de 24 años, las chicas extranjeras también son las que más recurren al aborto. El 67% de las interrupciones en este grupo de edad está relacionado con el aumento de población inmigrante joven y tienen un nivel educativo inferior a las chicas españolas, según los datos de Sanidad.
No se cuenta con información del origen del país de las mujeres que optan por interrumpir su gestación. Pero el informe recuerda que Rumanía, con una de las tasas por interrupción de la gestación más altas de Europa y una fuerte presencia en España, «traslada su situación fuera del país por factores religiosos».
Sin la píldora del «día después»
Tampoco se tienen datos precisos sobre la utilización de la anticoncepción de emergencia o «píldora del día después» entre la población inmigrante, aunque se estima que la proporción es «todavía muy reducida» en relación a las españolas. El estudio de Sanidad sí ha comprobado que la anticoncepción se ha convertido en un recurso al alza contra los embarazos no deseados que se ha multiplicado en los últimos años.
Se ha pasado de 100.000 unidades dispensadas al año a 500.000 durante 2005 y las cifras no incluyen las compras directas que realizan las administraciones sanitarias. El perfil de las usuarias es además joven: el 63% de las mujeres que recurrieron a la llamada píldora «del día después» tenían menos de 30 años, de acuerdo con dos trabajos realizados en Cataluña y Asturias y recogidos en el estudio del Ministerio de Sanidad.
Con receta, «de momento»
Pese a la implantación de la anticoncepción de emergencia, la ministra consideró importante reforzar el papel de este sistema anticonceptivo, como una opción segura si fallan otros métodos. Pero «de momento» no se permitirá que se acceda a ella sin receta, ni control médico. «No creemos que tomarla tenga tantos riesgos como se dice, aunque también pensamos que la píldora del día después no debe tomarse con frivolidad y sin cierto control médico».
El estudio sobre aborto y anticoncepción se ha realizado con los registros de abortos de la Comunidad de Madrid, la clínica Dator y otros doce centros privados de cinco autonomías diferentes. «Con sus limitaciones, nos ofrece una estimación de lo que está ocurriendo, pero estos datos refuerzan la hipótesis de que las mujeres inmigrantes tienen más dificultad para acceder a métodos anticonceptivos adecuados y a los servicios de salud reproductiva», aseguró la ministra.
Menos interrupciones que en Europa
Sanidad no olvida que el registro de interrupciones legales ha mejorado en los últimos años y que la legalización del aborto en España es relativamente reciente, causas que justificarían el aumento de las tasas de aborto en nuestro país, además de la emigración. Pese a los datos, Elena Salgado calificó de «bajas» las cifras españolas en relación con otros países de la Unión Europea y Estados Unidos o Canadá.
Tras este primer estudio, el Ministerio de Sanidad tiene previsto revisar el sistema de registro de aborto para adaptarlo a la nueva realidad social de España y conocer el país de origen de las mujeres. Se realizarán nuevos estudios para conocer las dificultades que encuentran los jóvenes inmigrantes para acceder a los servicios de salud sexual y reproductiva y se pondrán en marcha programas de información y educación sexual dirigidas a los jóvenes. Una de las conclusiones del estudio presentado ayer es que el sistema educativo no ofrece la información que reclaman los más jóvenes. «Se limita básicamente a ofrecer información biológica y anatómica. Los jóvenes necesitan más información sobre salud sexual, procedente de informadores más cualificados», señala el informe.
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