El buque de rescate ’ Aita Mari’ tiene previsto partir esta semana en su novena misión en el Mediterráneo después de haber superado la inspección de bandera a la que ha sido sometido el barco. Tras este trámite, queda esperar a que llegue la notificación oficial o despacho, comprar provisiones y aguardar a que mejore el tiempo. Será entonces cuando la nave zarpará del puerto de Vinaròs, en Castellón, con una tripulación de trece personas a bordo.

«Nos han felicitado por el perfecto estado» en el que se encuentra el barco, explica Mikel San Sebastián, uno de los tripulantes. Durante la revisión, que es rutinaria y se hace a todos los buques que se disponen a navegar por aguas internacionales, se han examinado, entre otros aspectos, las alarmas, el timón, los mecanismos de seguridad y la capacitación de la tripulación en situaciones de emergencia. Se desconoce el día, pero los miembros de la ONG Salvamento Marítimo Humanitario están seguros de que partirán durante los próximos días. De momento, lo único que pueden hacer es prepararse y «dejar que corra el temporal».

Su plan es el de otras ocasiones. Navegarán rumbo a Italia pendientes de las llamadas de auxilio que reciban. Y esperan recibirlas. «Dos buques que han ido allí antes de nosotros están haciendo rescates todos los días. Es un chorreo continuo de pateras, aunque sea invierno la gente sigue saliendo», dice San Sebastián.

El ‘Aita Mari’ comienza su nueva misión con la incertidumbre de lo que pueda ocurrir con el expediente sancionador que ha abierto el Gobierno contra Salvamento Marítimo Humanitario, con multas que superan el millón de euros. En el expediente sancionador se recogen siete «infracciones graves» con una sanción prevista por cada una de ellas entre 120.000 y 180.000 euros, y la suma de todas asciende a los 1.080.000 millones.

«Estaba perfectamente»
En mayo de 2020 el barco fue objeto de un control por parte del Gobierno italiano. Según San Sebastián, en esa época las autoridades del país habían adoptado la estrategia de «sacar el máximo de problemas en la inspección» de los buques de las ONG para entorpecer su tarea. Como resultado, se observaron «veintiséis deficiencias, quince de las cuales fueron consideradas lo suficientemente graves como para justificar la inmovilización del buque» en el puerto de Palermo «hasta su rectificación».

El ‘Aita Mari’ permaneció retenido en la ciudad siciliana 49 días. El 25 de junio, «una vez que fueron rectificadas las deficiencias observadas», se produjo el levantamiento de la detención del buque. La ONG, que ha presentado alegaciones al expediente, sostiene que el barco «estaba perfectamente preparado».

Aprobada una estrategia para la diplomacia humanitaria
El Consejo de Ministros aprobó este martes la primera Estrategia de Diplomacia Humanitaria, que marcará la ‘hoja de ruta’ hasta 2026 con la meta de situar a España como un actor «relevante» en materia de protección, prevención y mediación para la población civil. La estrategia se centra en tres objetivos. El primero es «prevenir y resolver conflictos, y entre sus ejes de actuación se incluyen la diplomacia preventiva, la protección del espacio humanitario y lucha contra el terrorismo». El segundo es «promover el respeto del Derecho Humanitario, incluyendo entre sus principales ejes la lucha contra la impunidad y rendición de cuentas, la protección de misiones médicas, niñas y niños en conflictos armados». En cuanto al tercero, «se centra en proteger a las personas en situaciones de vulnerabilidad» y cuenta entre sus ejes de actuación «la lucha contra la violencia sexual, así como la atención a refugiados y desplazados internos». El texto convierte a España en uno de los primeros países en contar con una estrategia de este tipo.