La mitad de las mujeres que abortan de forma voluntaria en España son inmigrantes

En 2004 se practicaron 85.000 interrupciones de embarazos, la mayoría en jóvenes menores de 25 años

Diario Vasco, 28-07-2006

MADRID. Tienen más hijos y también abortan más que las españolas. Las inmigrantes protagonizan el aumento del número de interrupciones del embarazo que registran las estadísticas de los últimos años y copan casi la mitad del total de abortos voluntarios que se practican en España. Las razones, falta de información y dificultad de acceso a los medios de barrera, y pautas socioculturales que arrastran de sus países de origen.

La ministra de Sanidad, Elena Salgado, presentó ayer un estudio sobre la Interrupción del embarazo y los métodos anticonceptivos en jóvenes elaborado con datos de 133 clínicas abortivas de todo el país, que pone de relieve el crecimiento sostenido de esta práctica y también los primeros indicios de estabilización de las cifras. En 2004 se practicaron en España 84.985 abortos, a una tasa de 8,94 por cada mil mujeres entre 15 y 44 años, el doble de la registrada en 1990 (4,29 por mil), y apenas unas décimas más que las del año 2002 (8,46).

Salgado apuntó directamente al fenómeno migratorio como principal factor de este incremento y, en mucha menor medida, a la mejora en los sistemas de notificación de cada caso por parte de las clínicas. Las cifras son elocuentes, aunque aproximadas. «Hemos podido inferir que entre un 40 y un 50% de las interrupciones voluntarias del embarazo en España se dan en mujeres de origen extranjero», dijo la ministra, aunque no hay datos por nacionalidades. Los porcentajes también muestran una distancia notable entre españolas y foráneas. Las tasas de aborto de las nacionales se mantienen estables en torno al 0,6% – o seis mujeres de cada mil – , frente al 2,5 ó 3% de las inmigrantes, lo que supone treinta mujeres por millar.

Falta de información

Los expertos no se sorprenden. Las mujeres inmigrantes son más fértiles que las españolas, a ellas se debe el repunte de la natalidad en España en los últimos años y, en paralelo, también son las que más abortan. Las razones hay que buscarlas, dijo Salgado, en cierta falta de información y una «mayor dificultad» de las extranjeras en el acceso a la salud sexual y a los métodos anticonceptivos que el de las oriundas. Influyen además los patrones socioculturales de sus países de origen y los de sus parejas, a menudo de hondas tradiciones machistas y renuentes a usar medios anticonceptivos de fácil acceso, como el preservativo.

Las españolas que recurren al aborto tienen un nivel educativo medio – alto, superior a la inmensa mayoría de las pacientes de origen foráneo. Este fenómeno necesita, admitió la ministra, estrategias específicas dedicadas a la población inmigrante, por medios educativos y a través de los centros de atención primaria.

Tanto en inmigrantes como en nacionales, las jóvenes menores de 25 años son el grupo de edad que más recurre al aborto voluntario; en el año 2004, el último de la estadística, lo hicieron casi 26 de cada 1.000 mujeres, y de ellas, diez no habían llegado aún a la veintena. Una vez más, son las chicas procedentes de otros países las que más interrumpen su embarazo, y a ellas se atribuyen dos tercios del aumento de abortos registrado entre los años 1996 y 2004.

El aborto crece en España cuando otros países donde también es legal, en Europa, EEUU y Canadá, han comenzado ya la cuesta abajo. Con todo, recordó Salgado, las tasas españolas de interrupción del embarazo son aún de las más bajas de la UE, y países como Reino Unido, Holanda y otros iniciaron el descenso desde tasas «dos o tres veces mayores» que las españolas.

El estudio certifica también el auge de los métodos anticonceptivos de emergencia, la llamada píldora del día después, que ha pasado de 100.000 unidades al año a las 500.000 que se dispensaron en 2005 en centros hospitalarios y farmacias. COLPISA

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