Sanidad destaca que cerca de la mitad de los abortos se practican a extranjeras
Las inmigrantes tienen mayores dificultades para acceder a los métodos anticonceptivos
El País, 28-07-2006 El 12% de las jóvenes recurre a la píldora del día después
A falta de datos más precisos, estimaciones oficiales. El Ministerio de Sanidad calcula que entre el 40% y el 50% de los abortos que se realizan en España (84.985 en el año 2004) se practican a extranjeras. La estimación, a partir de varios estudios privados y de los datos de algunas comunidades autónomas (especialmente de Madrid), pone sobre el tapete que las dificultades de acceso a la anticoncepción son “mayores” entre las inmigrantes. En 2004, las extranjeras interrumpieron casi cuatro de cada 10 embarazos, frente al 15,7% de la media nacional, según se desprende de la estimación de Sanidad.
“¿Cómo es posible que con mayor información y accesibilidad a los métodos anticonceptivos sea constante un aumento de las interrupciones voluntarias del embarazo, especialmente entre las menores de 25 años?”. Encontrar respuestas a esa pregunta ha sido el objetivo del estudio La interrupción voluntaria del embarazo y los medios anticonceptivos en jóvenes, presentado ayer por la ministra de Sanidad, Elena Salgado.
El trabajo recoge los últimos datos oficiales sobre aborto (de 2004) pero se basa sobre todo en entrevistas a grupos de jóvenes, padres (tanto españoles como de otras nacionalidades) y profesionales sanitarios. Señala que el aumento de las cifras de aborto se debe a la mejora de los registros, “al incremento en la población inmigrante” y a que “probablemente, las jóvenes inmigrantes tienen mayor número de embarazos no deseados que las españolas”.
Para analizar la incidencia de la creciente población extranjera (1,8 millones de mujeres) en las cifras de aborto y dada la falta de datos oficiales a nivel nacional, Sanidad recurre sobre todo a la estadística de la Comunidad de Madrid (territorio donde sí se pregunta la nacionalidad a las mujeres que abortan y en 2004 el 52% eran extranjeras) y a varios estudios con datos de clínicas privadas (en ellas se practican casi nueve de cada 10 interrupciones). La experta en salud reproductiva Victoria Virtudes, autora de dos de ellos, asegura que el 49% de las mujeres que abortan son extranjeras.
“Estimación arriesgada”
Sanidad ha optado por una estimación en horquilla: entre el 40% y el 50% de las interrupciones son de extranjeras. Esto supone que se realizarían 30 abortos por cada 1.000 foráneas frente a la media nacional de 9,94 por mil mujeres entre 15 y 44 años. Para la demógrafa Margarita Delgado, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, “se trata de una estimación arriesgada”. Y eso, por dos motivos: los datos de Madrid, con fuerte peso de población inmigrante, no son “extrapolables a toda España” y los otros estudios “carecen de una muestra estadísticamente representativa”. “De todas formas, es evidente que aumenta la incidencia del aborto entre las extranjeras”, añade.
Delgado señala que, en el supuesto de que el 45% de los abortos fuera de extranjeras, esto supondría que protagonizaron 38.243 en 2004, año en el que dieron a luz a 63.633 hijos. La relación entre ambas cuestiones revela que entre las extranjeras se habría cortado el 38% de las gestaciones. En cambio, la proporción de embarazos interrumpidos en toda España fue ese año del 15,7%.
Salgado señaló que la proporción de interrupciones de las extranjeras está relacionada con su creciente peso demográfico y su aportación al repunte de la natalidad. Pero también “tienen mayores dificultades de acceso a la salud reproductiva y la anticoncepción”. Añadió que se diseñarán actuaciones para que los profesionales sanitarios contribuyan a mejorar la situación.“Hay que mejorar la información y el acceso a la anticoncepción de todas las mujeres. Para eso hace falta educación en las escuelas y más centros de planificación familiar”, plantea Victoria Virtudes. “A las españolas les falta formación y conciencia del riesgo que suponen las relaciones sexuales sin métodos anticonceptivos y habría que preguntarse si las extranjeras tienen posibilidades económicas para acceder a ellos”, plantea Delgado.
La ministra aseguró que la tasa de abortos española se mantiene entre las más bajas de la Unión Europea. Según el estudio, la incidencia de las interrupciones entre las españolas es estable. Añade que 220.000 españolas abortaron en Holanda y el Reino Unido entre 1974 y 1986. El aborto se legalizó en España en 1985.
El 12% de las jóvenes recurre a la píldora del día después
El estudio del Ministerio de Sanidad resalta el creciente uso entre las mujeres españolas de la píldora del día después, un anticonceptivo de emergencia. En 2001, las farmacias y los hospitales dispensaron 160.200 unidades. En 2005, 506.000. La cifra excluye las compras directas de las administraciones sanitarias, según matizó la ministra de Sanidad, Elena Salgado. El trabajo recoge estudios realizados en Asturias y Cataluña según los cuales seis de cada 10 usuarias de la píldora del día después son menores de 30 años. Las mujeres extranjeras apenas acceden a ella.
Según los datos del informe de Sanidad, que se detiene especialmente en la situación de las jóvenes entre 15 y 24 años, se practicaron 12,83 abortos por cada mil mujeres de esta edad en el año 2004. Además, la tasa de utilización de la píldora del día después fue de 117,38. Es decir, la tomaron cerca del 12 de cada 100 chicas de esa edad. Las cifras varían según las comunidades autónomas (véase gráfico).
A tenor de estos datos, de los 2,6 millones de mujeres entre 15 y 24 años, 33.386 interrumpieron voluntariamente el embarazo y 305.361 recurrieron a la píldora del día después.
La ministra de Sanidad, Elena Salgado señaló ayer al presentr el informe que los jóvenes “no banalizan” el uso de la píldora del día después y que acceder a ella “no es fácil” (se vende con receta). Respecto a la actitud ante el aborto, esta responsable aseguró que los jóvenes ven el aborto como una decisión personal, “sin consideraciones de moral religiosa, aunque sí con algo de culpabilidad y dolor”. Lo consideran como el último recurso para evitar un embarazo no deseado.
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