Voluntarias que dan clase de apoyo a menores vulnerables: «Es increíble lo mucho que se puede conseguir a cambio de muy poco»

Bea y Gelis son dos de las 38 personas que colaboran con el programa de refuerzo socioeducativo de Cáritas en Ferrol, que ya a atiende a 87 niños y adolescentes y necesita refuerzos

La Voz de Galicia, BEATRIZ ANTÓN FERROL, 24-01-2023

uena a tópico, a frase repetida. Pero casi todos los voluntarios coinciden en que lo que reciben a cambio de su actividad altruista es mucho más de lo que dan. Lo certifican también Beatriz Vilariño y Gelis López, dos de las integrantes del batallón de 38 personas que colaboran desinteresadamente en el programa de refuerzo socioeducativo de Cáritas en Ferrol. «Es increíble lo mucho que se puede conseguir a cambio de muy poco. Yo solo voy a dar clase una vez por semana, pero ellos aprovechan muy bien el tiempo y son muy agradecidos. Es tan satisfactorio que siento que ellos me dan más a mí de lo que yo les doy a ellos», apunta Gelis. «Me encanta comprobar cómo avanzan académicamente, pero lo que más ilusión me hace es cuando me ven por la calle y vienen a saludarme. Sentir ese cariño y que de alguna forma dejas huella en ellos es muy gratificante», apostilla Bea.

Las dos presentan perfiles diferentes, pero ambas comparten sus ganas de colaborar. Gelis, ya jubilada, fue profesora en el colegio Las Mercedarias durante la friolera de 46 años, por lo que cuenta con una amplia experiencia en las aulas, mientras que Bea nunca dio clases —es Graduada Social— pero siempre tuvo inquietudes por el voluntariado y ya en el pasado colaboró con entidades como Amistad o la asociación de diversidad funcional de Esteiro.

Gelis ejerció la docencia más de cuarenta años en el colegio Las Mercedarias de FerrolGelis ejerció la docencia más de cuarenta años en el colegio Las Mercedarias de Ferrol CÉSAR TOIMIL
¿De qué manera participan estas dos voluntarias en el programa de refuerzo socioeducativo de Cáritas? Gelis forma parte del equipo de nueve personas que prestan apoyo escolar a 29 menores en la unidad parroquial del Ensanche, donde la demanda de estas clases de refuerzo es muy elevada. Explica que da clases de matemáticas a un grupo de ocho adolescentes y que siempre que puede utiliza material didáctico elaborado por ella misma. Además, se esfuerza por adaptar los contenidos al nivel y las necesidades de cada alumno. «Uno de los chicos cursa un ciclo de FP de Mecánica, y para hacer las clases más divertidas y llevaderas, yo hago que soy una clienta que le llevo el coche al taller y con problemas prácticos intento que adquiera conceptos o aprenda a calcular porcentajes», explica.

En el caso de Bea, su destino como voluntaria está en el unidad parroquial rural (UPA) de Santa Mariña, donde presta refuerzo escolar a niños de Primaria y en ocasiones también da apoyo a la profesora que da clases a los de Secundaria. «Con los primeros es más fácil, porque domino los contenidos, pero con los de Secundaria sí que me tuve que poner un poco al día, sobre todo con Matemáticas, Física o Geografía, pero me vino bien», comenta entre risas.

A Bea Vilariño le atrae el mundo del voluntariado. A través de Facebook supo que Cáritas buscaba colaboradores para su programa de refuerzo socioeducativo y en seguida llamó para apuntarseA Bea Vilariño le atrae el mundo del voluntariado. A través de Facebook supo que Cáritas buscaba colaboradores para su programa de refuerzo socioeducativo y en seguida llamó para apuntarse CÉSAR TOIMIL
Bea explica que en las clases los niños hacen los deberes del colegio, «eso es lo primero», pero también tienen tiempo para repasar las materias que más les cuesta, participar en juegos, aprender normas de conducta o familiarizarse con las costumbres y cultura del país que los ha acogido, porque la mayoría pertenecen a familias de inmigrantes. Y como Gelis, insiste una y otra vez en lo gratificante que resulta su labor, un trabajo para el que se precisan más voluntarios en estos momentos. Para colaborar o solicitar información, se puede llamar al 663 877 758 o enviar un un mensaje a la dirección de correo patrifv.cdmondonedo@caritas.es.

Un programa que atiende a 87 menores y necesita más voluntarios

«No se trata solo de dar clases de refuerzo, sino también de crear un espacio seguro, de motivación y confianza, acompañando a los menores en la parte emocional y en la mejora de sus hábitos de estudio». Lo quiere dejar claro desde el principio Patricia Filgueira, educadora social de Cáritas en Ferrol. Las sesiones que ofrece el programa de refuerzo educativo de la entidad a niños y adolescentes de colectivos vulnerables o en riesgo de exclusión social no son simplemente unas «pasantías», porque la iniciativa va mucho más allá de lo puramente académico. Se busca mejorar el rendimiento escolar de los menores atendidos, sí, pero también se les ofrece actividades de ocio, salidas en grupo y herramientas para mejorar su integración social. «Además, los padres también pueden participan mediante su asistencia a una escuela de familias en la que se abordan temas relacionados con la crianza y la parentalidad positiva», explica la educadora social de Cáritas.

Dentro del territorio que abarca la diócesis, el programa funciona actualmente en Foz, Vilalba y Ferrol. Solo en la urbe naval presta asistencia a 87 menores y 67 familias. Y todo gracias a la colaboración desinteresada de los 38 voluntarios que imparten clases en las parroquias de Santa Cruz-San Rosendo (Canido), el Ensanche, Santa Mariña y Caranza. ¿Son muchos? ¿Pocos? Patricia Filgueira asegura que en estos momentos hacen falta bastantes «refuerzos», ya que en algunas de estas unidades parroquiales hay niños en lista de espera, y además, cuantos más voluntarios haya más «individualizada» será la atención, que es lo que precisamente busca el programa. «Nuestro objetivo es trabajar con grupos reducidos, de dos o tres alumnos como mucho por cada profesor», detalla.

En estos momentos, hacen falta voluntarios para dar clases a menores de Primaria y Secundaria en general, sobre todo de las materias que más les cuesta a los chavales: inglés, matemáticas, lengua castellana y lengua gallega. Patricia Filgueira explica que entre los voluntarios hay muchos profesores y maestros jubilados o en activo, pero también personas sin experiencia en ese mundo pero con muchas ganas de colaborar y que ven la enseñanza como una herramienta «para el cambio» y para la «igualdad de oportunidades».

Para Guillermo Leira, coordinador de Cáritas en la unidad parroquial de Canido —donde se necesitan voluntarios para dar clases de Primaria, Secundaria y muy especialmente de inglés—, el programa tiene un objetivo claro: «Evitar que los niños hereden la pobreza de sus padres y ofrecerles un refuerzo educativo para que puedan tener un futuro diferente al suyo».

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