El donostiarra Mikel Gurrea gana el Gaudí a la dirección novel por 'Suro'

Gurrea dedicó el galardón a «todas las personas que han hecho una primera película este año, que es muy difícil»

Diario Vasco, R. KORTA, 24-01-2023

El cineasta donostiarra Mikel Gurrea se impuso ayer en la nueva categoría de Mejor Dirección Novel de los XV Premis Gaudí, que la Acadèmia del Cinema Català entregó en el Museu Nacional d’Art de Catalunya. Al recoger el galardón, Gurrea dedicó el galardón a «todas las personas que han hecho una primera película este año, que es muy difícil», al tiempo que aseguró que volvería a trabajar en cualquier momento con todo el equipo técnico y artístico de ‘Suro’.

La película, hablada en catalán, idioma que Gurrea (San Sebastián, 1985) habla a la perfección al haber estudiado Comunicación Audiovisual en la Pompeu Fabra y residir en Barcelona, cuenta las consecuencias que desencadena en una pareja la decisión de irse a vivir al campo. Vicky Luengo y Pol López son una pareja de jóvenes arquitectos barceloneses que ven la oportunidad de llevar a la práctica sus ideales cuando ella, embarazada, hereda una propiedad en el Alto Ampurdán. Un caserón que rehabilitarán y un terreno con alcornoques que producen corcho (‘suro’ en catalán).

Ideales justos
Convertidos a su manera en pequeños terratenientes, tratarán con la gente del pueblo y con los temporeros que se dedican a extraer la corteza de los árboles. Y entonces se darán cuenta de que no es tan fácil llevar a la práctica unos ideales por justos que parezcan. No solo su relación se pondrá a prueba, sino sus propios prejuicios de clase, el machismo del marido y hasta su racismo.

‘Suro’ acumula muchos temas que están desarrollados de manera sutil por el director, que dibuja unos personajes ricos llenos de matices. El universo en el que sumerge al espectador lo conoce a la perfección, porque en el verano de 2010 fue uno de esos temporeros recolectores de corcho tras acabar la carrera y esperar una beca para estudiar cine en Londres. «Acepté la oferta de los familiares de mi pareja de entonces para trabajar en la pela del corcho en el norte de Girona. Descubrí un mundo muy rico en texturas y sonidos que me parecía muy cinematográfico», ha recordado Gurrea.

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