La vicepresidenta primera del Gobierno presentó ayer el Plan África, que tiene entre sus principales objetivos el de controlar «los flujos de emigrantes ilegales que llegan a nuestras costas». Además, María Teresa Fernández de la Vega hizo un llamamiento a los países de la UE para fomentar «políticas a favor del desarrollo», ya que el futuro de España y de toda Europa depende de la estabilidad política y social de sus vecinos del sur.

Fernández de la Vega, que hizo público en el Círculo de Bellas Artes de Madrid el texto completo del plan, señaló que la intención del Gobierno es que los inmigrantes «vengan de forma legal y ordenada y tengan aquí todos los derechos», para lo que se requiere «un enfoque más global» del problema. De cara a conseguirlo, enunció una serie de políticas del Ejecutivo en distintos ámbitos: en el plano interior, «reforzar las fronteras»; en el bilateral, ampliar los acuerdos de «cooperación migratoria y readmisión»; en el multilateral, promover iniciativas como la Conferencia sobre Inmigración y Desarrollo de Rabat.

La vicepresidenta sostuvo que el Plan África es un ejemplo de «la firme voluntad política del Gobierno» para ayudar a la «región más pobre del planeta», algo en lo que tiene que participar también la comunidad internacional. «El futuro de África es el futuro de Europa y de España», comentó Fernández de la Vega, además de señalar que no se puede «seguir siendo insensible» a la realidad de un continente donde se han registrado 186 golpes de estado y 26 guerras en los últimos cincuenta años. No obstante, la vicepresidenta dijo «confiar» en el siglo XXI, ya que en los últimos tiempos se ha producido un avance de los «principios democráticos» y hay motivos «para la esperanza». Citó, en concreto, el caso de Liberia, donde «por primera vez en la historia» ha sido elegida presidenta una mujer, Ellen Johnson – Sirleaf.

La vicepresidenta aseguró que el plan convertirá España en «uno de los principales actores internacionales en África y en el mundo» dentro de la lucha contra el hambre y la pobreza. Según apuntó, el Ejecutivo socialista ha triplicado en los dos últimos años la ayuda al desarrollo, al pasar de 150 a 450 millones de euros. Asimismo, anunció que durante los dos años de vigencia del plan, de 2006 a 2008, esta ayuda se elevará hasta el 0,5% del Producto Interior Bruto.

Entre los objetivos del plan destaca además el refuerzo de la presencia diplomática en el continente, con la creación de tres nuevas embajadas en Malí, Sudán y Cabo Verde que se sumarán a las diecisiete existentes en la actualidad. También se abrirán tres oficinas técnicas de cooperación y cinco de tipo comercial.

Entre quienes acompañaron a la vicepresidenta en la presentación figuraba el secretario de la Comunidad Económica de Estados del África Occidental, Mohamed Ibn Chambas, que agradeció al Ejecutivo español la puesta en marcha del plan, «una prueba más de su compromiso con África». En la línea de lo apuntado por Fernández de la Vega, apostó por abordar el problema de la inmigración «de forma colectiva».

Cuatro patrulleras

Las cuatro patrulleras, los tres vehículos terrestres y el material informático donados a Mauritania por la Guardia Civil para el control de la inmigración ilegal llegaron ayer al país africano a bordo del buque de la Armada ‘Contramaestre Casado’. Este equipamiento forma parte del proyecto ‘Atlantis’, que se puso en marcha en abril para frenar la afluencia de subsaharianos desde la costa mauritana.

En Canarias, un cayuco con 81 clandestinos arribó a las tres de la madrugada de ayer al puerto tinerfeño de Los Cristianos. Los pasajeros de la embarcación, entre los que figuran cuatro menores, presentaban buen estado y dijeron proceder de Costa de Marfil. Otras dos pateras, con 22 ocupantes, fueron interceptadas a primera hora de la tarde en Almería, y poco después se avistó una nueva barca a 30 millas de La Gomera.