De la Guerra Fría a la guerra real en Ucrania
Canarias 7, , 30-12-2022La vida de los ucranianos ha dado un vuelco con la invasión rusa. Miles de civiles muertos, casi 8 millones de refugiados, las infraestructuras del país destrozadas, daños que superan el billón de dólares y la llegada de un invierno que puede ser muy duro y determinar el rumbo de la guerra.
Las tropas rusas que avanzaron rápido hacia las ciudades clave al principio de la invasión, en febrero, dejaron atrapados a millones de ucranianos, en la incertidumbre de si quedarse y esperar una mejora, pese a los combates, o huir de ellos. Cualquier opción podía ser fatal.
Después de que los rusos se retiraran de Kiev y otras regiones del norte, se hallaron decenas de vehículos civiles con sus pasajeros muertos por disparos o quemados cuando intentaban huir. En Bucha, Yahidne y después en Izium y otras localidades se encontraron restos de ejecuciones sumarias, fosas comunes y cámaras de tortura tras su liberación.
Centenares de civiles también murieron en ciudades como Chernihiv, Mikolaiv, Kárkiv o Kramatorsk, donde zonas residenciales, mercados, estaciones de tren y centros de ayuda humanitaria fueron atacados por el ejército ruso con misiles, artillería y la aviación.
La ONU cifra el número de civiles muertos en 6.702 y el de heridos en 10.479, pero cree que la cantidad debe ser sensiblemente mayor porque es imposible obtener datos precisos en áreas aún bajo control militar ruso.
Más de 20.000 pueden haber muerto en Mariúpol, la mayor ciudad capturada por Rusia. En su teatro, que servía de refugio a la población civil, pudo haber hasta un millar de personas cuando fue alcanzando por una bomba de la aviación.Hay datos de múltiples casos de tortura, violación y desapariciones forzadas que han llevado a pedir que la invasión sea declarada genocidio, El Centro de Libertades Civiles de Ucrania, ganador del premio Nobel de la paz de 2022, ha documentado hasta ahora más de 27.000 crímenes de guerra atribuidos a Rusia.
También han muerto al menos 9.000 soldados. El Ejército ha incorporado a cientos de miles de personas sin experiencia militar que contribuyeron, muchas de ellas con sus vidas, a ralentizar el avance ruso.
Unos ocho millones de ucranianos, en su mayoría mujeres, menores y ancianos, han dejado el país, abandonando sus pertenencias. Casi cinco millones se han registrado en otras naciones europeas y millones de familias han quedado divididas, ya que la mayoría de los hombres se han quedado en Ucrania.
Mientras miles de refugiados han vuelto para reunirse con sus familiares, los ataques continuados de misiles, los bombardeos en el frente y la necesidad de retirar minas han impedido un retorno más amplio.
Casi siete millones de ucranianos se han desplazado a zonas más seguras dentro del país y muchos se alojan con familiares, voluntarios o en viviendas temporales. Para cientos de miles ha sido difícil dejar sus hogares en los territorios ocupados y se ha denunciado la deportación forzada hacia Rusia.
Los intentos diplomáticos de poner fin a la guerra han sido hasta ahora inútiles. La otra consecuencia es la económica, con los precios de la energía y las materias primas disparados en medio mundo.
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