La inmigración crece un 3,5% en un año y estabiliza la población
La Voz de Galicia, 26-07-2006Galicia engordó durante el último año apenas un 0,07% su registro de población, un tibio incremento que la deja como quinta comunidad española con peor comportamiento demográfico en el 2005, si bien esa mejora invita al optimismo futuro: 2.764.250 gallegos empadronados a 1 de enero del 2006, exactamente 2.052 más que en la misma fecha del 2005, según el avance de datos dado ayer a conocer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). En ese estudio sólo dos autonomías, Asturias y Madrid, tuvieron un balance demográfico negativo.
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Y ese incremento tiene prácticamente como única fuente la llegada de inmigrantes: un 3,5% más en un año, que se corresponde con unos 2.400 extranjeros más en la comunidad. Hoy suman más de 71.000. Gracias a esa llegada de población foránea, el padrón gallego se puede estabilizar en torno a los 2,76 millones de habitantes. Sin ellos, el balance del último ejercicio habría sido negativo, como sucedió durante la década de los noventa. Los nuevos gallegos salvan la estadística, como sucede en el resto de España: sólo en Madrid y Baleares hay menos inmigrantes ahora que hace un año.
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Porque, además, el incremento motivado por los extranjeros registrados en los ayuntamientos gallegos ha sido común en las cuatro provincias gallegas. Notable y paradójico en el caso de Lugo (un 13% más de inmigrantes en un año) y Ourense (6%), en tanto que en ambas de nuevo menguó su padrón general durante el último año: 1.500 y 1.050 ciudadanos menos respectivamente.
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Es otra confirmación de que, nuevamente, las dos provincias del eje atlántico concentran la balanza positiva de población de Galicia, aunque sus registros hayan sido más discretos durante el 2005: un 1,8% más de inmigrantes en A Coruña; otro 1,4 en Pontevedra. Entre estas dos últimas provincias suman el 71% de todos los extranjeros de la comunidad.
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Escaso porcentaje
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Pese al repunte, Galicia se mantiene como la última comunidad española en registro de inmigrantes, con apenas un 2,6% del total de población. Sólo Extremadura y Asturias comparten unos baremos similares.
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La llegada de extranjeros, que se concentran en franjas de edad entre los 20 y los 40 años, permitirá a Galicia mitigar otro fenómeno que comparte con sus vecinos extremeños y asturianos: el envejecimiento de la población.
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De hecho, la curva de tramos de edad difundida por el INE revela un incremento de población total entre los 30 y los 54 años que se atribuye a la inmigración. Pero también se detecta otro pico a partir de los 70 años. Esa misma curva demográfica cae en los primeros tramos de edad, de los 5 a los 19 años. Esto se explica en la baja natalidad en los noventa y en la emigración de jóvenes a otras comunidades.
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