Lejos de mensajes agoreros, el sociólogo Andrés Pedreño ve el actual crecimiento de la población y la inmigración en Murcia como un signo positivo que refleja el impulso económico de esta región.

– La población murciana crece entre un 2 y un 3% en los últimos años. ¿Es un incremento sostenible o excesivo?

– El crecimiento demográfico que vive Murcia está muy vinculado al crecimiento económico, sobre todo en el caso de la inmigración extracomunitaria. Por tanto, desde este punto de vista el dato es positivo, porque el incremento poblacional es coherente con el económico. Los flujos migratorios están ligados a la pujanza económica que se está viviendo en Madrid, Barcelona y el Mediterráneo. Otra cosa es cómo se está realizando la digestión de esos flujos. La sostenibilidad depende de que se adopten las medidas de integración adecuadas.

– En la Región se escuchan mensajes políticos que hablan de «situación crítica, límite»…

– No estoy de acuerdo. Los flujos migratorios se autorregulan. Van donde tienen encaje y se adaptan a los ciclos de crecimiento o crisis. Si una región entra en crisis, la inmigración desciende. Los mensajes de los que habla son alarmistas. Además, hay que recordar que la mayor parte de la inmigración irregular entra por los Pirineos y Barajas, no en cayuco.

– Los extranjeros representan el 13,3% de la población murciana. Ya sabe que hay quien dice que el límite para una buena integración está en el 10%…

– Es una vieja teoría que habla de la capacidad de carga. Es un poco falaz que pueda existir una cifra que indique cuál es esa capacidad. Eso depende de la voluntad política para desarrollar políticas de integración.

– Los marroquíes son ya el primer colectivo. ¿Puede plantearse un problema de choque cultural?

– La inmigración marroquí es la más arraigada en Murcia, fue la primera en llegar. Sin embargo, es la que más hostilidad despierta. No veo un problema en la inmigración marroquí, sino en esa hostilidad. Corremos el riesgo de que se produzca una segregación laboral y social. Habría que tomar medidas en ese sentido. Si no, habrá barrios y pedanías específicas de inmigración marroquí.