La campaña publicitaria de la era pujoliana Som sis milions ha quedado definitivamente obsoleta. El pasado 1 de enero la cifra oficial de la población catalana superó por vez primera la barrera de los siete millones. Los residentes en Catalunya son exactamente 7.083.600, según los datos provisionales del padrón avanzados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta nueva Catalunya no tiene, además, nada que ver con la del viejo pal de paller. El grueso del aumento experimentado los últimos años lo han protagonizado los inmigrantes, que son ya 886.800 y representan un 12,2% de la población. En el conjunto de España la población alcanza los 44,3 millones, con un porcentaje de extranjeros del 8,7%.

LAS VARIACIONES >> Catalunya gana 88.000 y Madrid pierde 73.000
Catalunya ha superado el listón de los siete millones entre otras cosas porque es la comunidad que más ha crecido. En el padrón del pasado 1 de enero figuran 88.000 personas más que un año antes, de las que 68.000 son extranjeras. Con estas últimas el porcentaje de inmigrantes sobre el total alcanza ya el 12,2%.
El aumento de Catalunya es aún más significativo porque se ha producido a pesar de la depuración del medio millón de extranjeros que han salido del padrón en toda España al no haber renovado su inscripción cuando les correspondía. Esta depuración ha sido decisiva para que la comunidad de Madrid, donde el proceso de renovación ha funcionado muy mal, sea la única comunidad importante que pierde población. De su padrón se han evaporado 85.000 extranjeros, lo que se ha traducido en una reducción de 73.000 habitantes.
En el conjunto de España la depuración ha provocado que el aumento de población sea poco trascendente. El registro del 2006 contabiliza tan solo un crecimiento de 287.000 habitantes, más de la mitad extranjeros, muy lejos de los aumentos de años anteriores que rondaban las 800.000 personas.

LAS NACIONALIDADES >> Cae la cifra de ecuatorianos y se dispara la de rumanos
Los principales países de procedencia de los extranjeros censados en el 2006 son los mismos que en años anteriores. Marruecos (535.000) y Ecuador (399.600) encabezan la lista, aunque los nacionales de Rumanía y Bolivia, dos países a los que España no exige visado, experimentan un fuerte crecimiento. Pese al efecto estadístico de la depuración, los rumanos han aumentado en 65.000 empadronados y se acercan a los 400.000, como ya adelantó este diario. Los bolivianos son 35.000 más y suman 132.000.
Caso aparte es el de los ecuatorianos. En años anteriores ya se detectó que la imposición de visado había frenado su llegada pero ahora su número ha disminuido en casi 100.000 por el efecto añadido de la depuración. La mayoría residen en Madrid, donde la renovación del padrón ha funcionado peor. Los argentinos han perdido 16.000 nacionales, probablemente porque algunos han regresado a su país. En Catalunya, la nacionalidad más representada sigue siendo la marroquí (181.494).

EL DATO OCULTO >> Disminuye a 800.000 el número de ‘sin papeles’
Los nuevos datos facilitados ayer por el INE comparados con el registro oficial de extranjeros, revelan que el pasado 1 de enero estaban empadronados un millón de extranjeros que no contaban con permiso de residencia. Una cantidad muy inferior a la que se contabilizaba un año antes, 1,7 millones. Si de estas cantidades restamos unos 200.000 extranjeros comunitarios que no necesitan permiso de residencia, lo queda claro que el número de irregulares sufrió una disminución importante el año en que tuvo lugar la regularización. De 1,5 millones ha bajado a 800.000. Es decir, 700.000 irregulares menos. Aún descontando el efecto estadístico del medio millón de depurados, la cifra de sin papeles habría disminuido en unos 200.000 durante el 2005.
En Catalunya, la bajada ha sido más modesta, probablemente porque la depuración del padrón se ha hecho mejor y no han desaparecido tantos inmigrantes. De 318.000 se ha pasado a 263.000.
Tras la regularización el Gobierno admitió que el número de sin papeles podía rondar estas cantidades pero destacó que una buena parte eran menores de edad, jubilados o personas no activas que no habían tenido opción de participar en el proceso y podrían hacerlo un año después solicitando la reagrupación familiar.

LA TENDENCIA >> Un país rejuvenecido pero con menos mujeres
El principal efecto del aluvión migratorio de los últimos años ha sido el rejuvenecimiento de la población. Solo hay que comparar dos datos: el 42,5% de los empadronados españoles tienen entre 16 y 44 años, mientras que el porcentaje se dispara al 64% cuando se analiza la pirámide de edad de los extranjeros.
La comparación es aún más reveladora con los datos de las personas de más de 45 años. De los extranjeros solo el 21,1% se encuentran esa franja de edad por el 42,3% los españoles. A la vista de estas cifras, la presidenta del INE, Carmen Alcaide, destacó que los inmigrantes “alivian el envejecimiento de la población española”, aunque precisó que no lo resuelven.
La otra característica demográfica que está modificando la llegada de extranjeros es la distribución entre sexos. Entre los españoles, el 51% son hombres y el 49%, mujeres, mientras que estas solo alcanzan el 46,5% entre los inmigrantes y los varones llegan al 53,5%.
La proporción de extranjeros que hay en España no es suficiente, al menos por el momento, para desequilibrar la balanza global hacia los hombres, pero sí la modifica. En el conjunto de la población, hay un 49,4% de hombres y un 50,6% de mujeres.