REPORTAJE
Peatones reflectantes
El Periodico, 26-07-2006Es como un llavero verde fosforecente, del tamaño de la palma de la mano y fácil de guardar en un bolsillo. El truco está en llevarlo colgado del cinturón, dejando que la pieza del extremo vaya moviéndose a la altura de la rodilla, marcando el ritmo del usuario. Su capacidad reflectante es tal, asegura el director del Servei Català del Trànsit (SCT), Rafael Olmos, que, cuando falta la luz del sol, “hace visibles a los peatones a una distancia de entre 120 y 150 metros, lo que supone una mejora importante respecto a otros catadióptricos convencionales”.
Trànsit espera que con la utilización de estas piezas reflectantes, usadas con éxito por los escolares del norte de Europa, se reduzcan los atropellos a viandantes, que, sobre todo en verano, acostumbran a pasear al atardecer por carreteras y caminos. El pasado 2004 – – el último del que se tienen estadísticas – – 120 personas murieron en esas circunstancias en Catalunya. El Maresme, el Bages, la Selva y el Segrià se llevaron la palma en siniestralidad.
Dos mil ejemplares de este invento escandinavo, que “apenas cuesta 1,30 euros la pieza”, señaló ayer Olmos, serán distribuidos este verano entre los trabajadores temporeros extranjeros empleados en Catalunya. El año próximo, “podrían repartirse entre los casals de jóvenes, para que los niños los lleven cuando hagan rutas por la carretera”, dijo el director del SCT. Los catadióptricos no son más que esas placas reflectantes que se colocan, por ejemplo, en la parte trasera de las bicicletas. Son totalmente inocuos, baratos “y, además, ahora, pueden resultar extremadamente útiles como medida de seguridad pasiva”, manifestó Olmos.
Colectivo vulnerable
La campaña ha empezado con los inmigrantes, porque “son un colectivo con una gran movilidad nocturna a pie”, aseguró el presidente de la Fundació Pagesos Solidaris, Jaume Font. La entidad, dependiente del sindicato Unió de Pagesos (UP), ha contratado este año a casi 6.000 extranjeros para trabajar en las diferentes campañas agrícolas de Catalunya. Muchos se alojan en albergues o casas de campo alejados de los pueblos y se ven obligados a caminar por carretera para comprar o encontrarse con amigos.
“¡A ver si no lo pierdo!”, se exclamaba ayer el joven colombiano que se prestó a estrenar el reflectante. “Cada verano tenemos algún susto”, agregó Joan Josep Vergé, coordinador de la campaña frutera en UP. Algunos jóvenes han sufrido contusiones graves. Otros han acabado magullados, al tener que lanzarse a la cuneta para esquivar a algún turismo. Incluso, el año pasado, un temporero rumano murió arrollado por una furgoneta mientras caminaba por el arcén de la N – II en Alcarràs (Segrià).
Unió de Pagesos complementará la campaña con charlas informativas. “Hemos comprobado que son gente con un hábito de caminar más arraigado que entre nosotros”, constató Font. Esta práctica saludable se convierte en un riesgo cuando intentan salir a pasear por Catalunya, “donde el tráfico es mucho más intenso que en sus países de origen”, agregó el presidente de Pagesos Solidaris.
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