Un incendio en el campo de refugiados de Lesbos deja a 30 personas a la intemperie
La ong guipuzcoana Zaporeak, que ha asistido de madrugada a las siete familias, advierte del riesgo de más fuegos con la llegada del invierno
Diario Vasco, , 13-12-2022El fuego vuelve a hacer temblar a los refugiados de Lesbos. Un incendio ha dejado esta madrugada a siete familias a la intemperie. Según informa la ong guipuzcoana Zaporeak, no se han registrado heridos, pero los barracones en los que residían una treintena de personas han quedado absolutamente calcinados.
Según informan los voluntarios que están en la isla griega, el incendio se originó sobre las dos y media de la madrugada. Las fotos y los vídeos de un humo denso saliendo del campo de Kara Tepe, corrieron como la pólvora entre los grupos de whatsapp de las organizaciones que trabajan con los refugiados. Varios miembros de Zaporeak se desplazaron hasta el lugar para asistir a las personas que se quedaron en la calle.
Barracones calcinados tras el incendio de esta madrugada en Lesbos.
Barracones calcinados tras el incendio de esta madrugada en Lesbos. / ZAPOREAK
En esta ocasión, según señalan, el fuego se produjo por un cortocircuito, sin embargo, desde la ong guipuzcoana alertan del peligro de que este sea el primero de otros episodios similares que se sucedan en el campo con la llegada del invierno. «Cada año sucede lo mismo. No tienen cómo entrar en calor, y muchos encienden fogatas dentro de sus tiendas con el riesgo de incendio que eso supone», explica Peio García Amiano, uno de los fundadores de Zaporeak.
El fuego acabó con Moria
El fuego es uno de los mayores temores de los refugiados que viven en Lesbos. A la ansiedad por un futuro incierto, al hambre, al frío y, en definitiva, a las pésimas condiciones de vida, se le suma el miedo a que se repita un incendio que ya asoló el anterior campo de la isla griega.
El campamento de refugiados de Moria, que llegó a ser el mayor de Europa, quedó absolutamente calcinado en septiembre de 2020, dejando a 13.000 personas vagando sin rumbo. Muchos fueron trasladados a Atenas, donde hoy siguen viviendo en las calles, y alrededor de 1.500 fueron reubicados en el actual campo de Kara Tepe.
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