El Gobierno de Meloni cambia de estrategia y abre sus puertos a tres barcos de ONG con más de 500 inmigrantes

El ministerio del Interior justifica la decisión por razones humanitarias, ante «las pésimas condiciones climáticas en el mar», pero la medida se interpreta como una señal de diálogo y apertura de Giorgia Meloni

ABC, Ángel Gómez Fuentes, 12-12-2022

Giorgia Meloni cambia de estrategia y decide abrir sus puertos a las naves humanitarias de las ONG. La primera ministra italiana ha permitido la entrada en puertos italianos a tres barcos con más de 500 inmigrantes . La medida ha sido justificada por el ministerio del Interior «para proteger a seres humanos ante las pésimas condiciones climáticas en el mar».

Al Geo Barents de Médicos Sin Fronteras (MSF), que había rescatado entre lunes y el martes a a 254 personas, entre ellas 22 mujeres , dos de ellas embarazadas de nueve meses, y 85 menores, se le asignó el puerto de Salerno, en la región de Campania, decisión acogida con bailes y gritos de júbilo por los 248 inmigrantes que permanecían a bordo. Una de las mujeres embarazadas, Fátima, que había dado a luz a un bebé en el barco, el miércoles, fue trasladada a Sicilia con el recién nacido, Ali, y sus otros tres hijos, que tienen menos de 11 años.

La otra mujer embarazada fue evacuada en helicóptero a Malta. Una segunda nave, la Humanity 1, de la ONG alemana Humanity SOS, con 261 inmigrantes rescatados en tres operaciones diferentes en el Mediterráneo, fue autorizada a desembarcar en Bari, en la región de Apulia. Otro barco, de la ONG alemana Louise Michel, financiada por el artista británico Banksy, con 33 egipcios a bordo, desembarcó ya en Lampedusa.

La autorización para estos desembarcos se ha hecho con gran discreción por parte del Ejecutivo, en contraste con el clamor suscitado hace justamente un mes cuando el Gobierno Meloni rechazó en principio el desembarco de cuatro naves de ONG con más de 1.000 inmigrantes . Entonces, el Gobierno intentó mostrar mano dura. Fue como su tarjeta de visita para una nueva política frente a las ONG y el desembarco selectivo de inmigrantes . Mientras la primera ministra aseguró que «ll Gobierno defenderá los confines, como han pedido los italianos», el vicepresidente y ministro de Transportes, Matteo Salvini, afirmaba que el Ejecutivo está «listo para la mano dura contra los desembarcos». Ahora, Matteo Salvini ha permanecido en silencio.

El fracaso inicial
Hace un mes, la estrategia fue permitir desembarcar a mujeres , niños y enfermos, obligando al resto a permanecer a bordo, hasta que hubiera un reparto en otros países de la Unión Europea. Pero el plan fracasó, porque las autoridades sanitarias italianas, después de la inspección a bordo, comprobaron que había un brote de sarna y dictaminaron que todas las personas eran «vulnerables, con un alto riesgo psicológico». Se produjo también un enfrentamiento diplomático con París, porque el Ocean Viking no fue autorizado a desembarcar 230 personas y tuvo que hacerlo finalmente en el puerto francés de Toulon.

La primera medida de represalia de Francia contra Italia fue la de suspender la acogida prevista de 3.500 refugiados actualmente en territorio italiano. Además, también en protesta por la negativa de Roma autorizar el desembarco Ocean Viking, el Gobierno francés pidió a todos los demás países participantes en el mecanismo europeo de reubicación de inmigrantes , suspender la recepción de refugiados actualmente en Italia. La decisión del Gobierno francés costó cara a Italia, abriéndose una herida en las relaciones diplomáticas que aún no se ha cerrado.

La nueva estrategia
Los medios italianos consideran que Giorgia Meloni ha dado marcha atrás en su estrategia inicial sobre las naves de las ONG. El razonamiento de la primera ministra es que Italia es más fuerte si mantiene un diálogo con la Unión Europea y evita las polémicas. Es decir, el Gobierno italiano tendrá más posibilidades de defender su estrategia migratoria si respeta las reglas impuestas por Bruselas.

Podrá así también exigir que la UE cumpla sus compromisos, en particular el referido a la reubicación de inmigrantes en los países comunitarios, un mecanismo que está en gran medida bloqueado. Se trataría, en definitiva, de que Bruselas adopte una política inmigratoria en el Mediterráneo con asunción de responsabilidades por parte de todos los países de la Unión. La actitud política italiana se interpreta como un signo de diálogo y apertura. De hecho, tras el desembarco en Lampedusa de la nave de la ONG alemana Louise Michel, Alemania se llevó de Italia a 164 inmigrantes que habían pedido asilo a las autoridades italianas.

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