La hostelería se ha convertido en un sector donde el colectivo de inmigrantes, llegado a Eibar, ha encontrado un medio de vida. Ya no sólo porque son las personas procedentes de otros países las que están contratadas en bares, restaurantes o cafeterías, trabajando y creando valor en puestos que, en muchos casos lo locales no quieren ocupar, sino que aquellos camareros que comenzaron hace 10 y 20 años en esta actividad ahora se han convertido en empresarios de la hostelería.

Son muchos los casos como los protagonizados por Ayud, un cocinero que fraguó su carrera en Getaria y después comenzó a trabajar en el Arkupe, para regentar después la Jara y hoy el Tiki-Taka, antes Paulaner. Otro caso es el de quienes regentaban el Fausto y ahora lo hacen con el Ambigú, o los del popular Kaixo, el Hator, el Maixa, el Tunelpe, ademas de los bares de comida extranjera. A día de hoy, cerca del 16% de los trabajadores de nuestra hostelería son inmigrantes; un porcentaje que multiplica por 2,5 el peso de este colectivo en el conjunto de la población de nuestro territorio.

Al mismo tiempo, se trata de empleos absolutamente imprescindibles para que los establecimientos sigan dando servicio a sus clientes, dado que es un sector que requiere inmigrantes en mayor medida.