Tereta Berbel, delegada de Asdegal en A Coruña: «Los niños ucranianos piden en las cartas a los Reyes reunirse con sus familias»
La Voz de Galicia, , 05-12-2022A menos de un mes de las celebraciones navideñas, la oenegé Acción Solidaria de Galicia (Asdegal) trabaja de la mano de la Fundación Elfos y Calcetines con menores procedentes de Ucrania para que no se queden sin regalo. «Hacemos varias actividades con los niños y, ahora, de cara a los festejos vamos a realizar una entrega de detalles el día 19. Para ello les hemos pedido que escriban las cartas a los Reyes o a los duendes, porque en el país ucraniano lo que celebran es San Nicolás, nuestro Papá Noel», aclara Tereta Berbel, delegada en A Coruña de Asdegal.
De momento, las entidades benéficas recogen las misivas de los niños para saber qué quieren de regalo y adquirir los productos. «Estamos sorprendidos. Muchos piden reunirse con sus familias pronto» apunta Berbel. Porque todos los menores están separados de algún ser querido. «La mayoría llegaron a A Coruña con sus madres, mientras que los padres tienen que seguir en Ucrania, ya que está prohibido que los hombres abandonen en el país mientras siga la invasión rusa». Porque solo los jubilados, los padres de familia numerosa o los varones que tengan diagnosticada alguna enfermedad han podido abandonar el territorio en guerra, mientras que los otros deben permanecer allí por si fuese necesaria su intervención en el ejército. Así, la mayor parte de refugiados ucranianos son mujeres y menores. «Lejos de pedir juguetes concretos, como hacen los niños de aquí que incluso te especifican el modelo del artículo que desean y dónde comprarlo, solicitan cosas básicas y útiles, como prendas de abrigo».
La fábrica de los milagros
Entre los niños a los que les repartirán detalles navideños están desde bebés hasta adolescentes. «Lógicamente, a los más pequeños les hacen las cartas las madres solicitando cosas que necesiten, sobre todo ropa porque se fueron con lo puesto. Luego, los que ya tienen 15 años piden productos tecnológicos como un teclado o unos auriculares».
Para llevar a cabo esta iniciativa, Asdegal trabaja con dos ucranianos asentados en A Coruña. «Tenemos dos voluntarios, los dos de Jersón. Ihor, que ya vivía en la ciudad antes del estallido de la guerra, y Oksana, que son los que ponen en marcha las actividades. Tienen un grupo en Whatsapp con las familias en las que comunican todo en ucraniano y van haciendo talleres con los pequeños, pero también con adultos». Buena parte de las medidas con los menores las organiza Oksana, que en su país tenía una empresa de animación infantil. «Por eso, su objetivo es animar y entretener a los pequeños, que han tenido que abandonar su casa huyendo de las bombas». La mujer cuenta con un perfil de Instagram para dar a conocer su trabajo en la ciudad herculina. «Actualmente trabaja en una cafetería, pero mantiene su proyecto, enfocado ahora sobre todo a los ucranianos, pero con la idea de poder trabajar aquí de eso». El nombre de la iniciativa es toda una declaración de intenciones, la fábrica de los milagros. Antes de acabar el año más duro de los refugiados, desde la oenegé quieren darles un regalo para recordarles que aunque estén lejos de su tierra, no están solos. «Ojalá pronto puedan reunirse con su familia».
Desde el inicio de conflicto Asdegal colaboró con los refugiados ucranianos. La oenegé puso en marcha sesiones grupales de la mano de dos psicólogas que también escaparon del país en guerra. Además, también llevaron a cabo una iniciativa con el objetivo de ofrecerles cheques regalos en supermercados y prevén crear una bolsa de trabajo. «Que las profesionales fuesen de su país fue de gran ayuda, porque así pudieron impartir los talleres en ucraniano, ya que pocos hablan español».
La idea de poner en marcha las terapias surgió de una conversación entre Tereta Berbel, vicepresidenta de la entidad, e Ihor Galenkevyc, ucraniano de Jersón, que reside en A Coruña desde hace dos años. «Es amigo de mis padres, entonces hablando con él me comentó que todos los que llegan necesitan estar en contacto con otros ucranianos y compartir sus historias. Estar con gente que ha vivido lo mismo que ellos les ayudó mucho». Porque tras varios meses de sesiones, decidieron suspenderlas. «Los refugiados ya han pasado ese shock inicial y muchos están ya en otra fase, como la de buscar empleo. La idea fue ayudarles a adaptarse y ponerles en contacto con otros ucranianos para no sentirse tan solos y compartir sus experiencias».
(Puede haber caducado)